¿Se va de vacaciones?
Dos veces al año, fieles a su compromiso de servicio, la Guardia Civil y la Policía Nacional advierten a los ciudadanos de que, antes de irse de vacaciones, tomen una serie de medidas para impedir, o como mínimo dificultar, que roben en sus casas. Una es en verano, al inicio de julio o de agosto. La otra es ahora, a las puertas de Semana Santa. Se entiende el motivo. Que en casa no haya nadie facilita el trabajo a los ladrones, aunque los hay silenciosos a los que tanto les da que estés en casa como no, porque entran cuando duermes, se llevan lo que les interesa y no te enteras hasta el día siguiente, cuando te despiertas.
Fieles a la cita, las recomendaciones de Semana Santa han llegado ya. Más o menos son las mismas de siempre pero las repiten porque están convencidos de que hay mucha gente imbécil, cosa con la que estaríamos bastante de acuerdo. Hay varias instrucciones básicas. 1) Controle las copias de llaves (sólo faltaría que no supiéramos a quién hemos dado una). 2) Si ha puesto una puerta buena, la cerradura tiene que corresponder a su calidad (no
Por si no lo sabía: ¡antes de irse de vacaciones hay que tomar medidas para impedir que roben en su casa!
pondrá un vulgar candado en una puerta reforzada...). 3) Controle periódicamente los sistemas de seguridad, incluidas las alarmas, porque los ladrones las pueden inutilizar con inhibidores de frecuencia. (De esta no tomo nota porque no tengo alarma. Todo lo que encontrarían en casa son libros y huirían por piernas.) 4) Asegúrese de haber cerrado bien la puerta de entrada (según parece hay personas que cierran sólo de golpe y se olvidan de dar las preceptivas vueltas de llave...).
La que más me gusta es la que aconseja no hacer públicos el día y la hora que nos iremos de vacaciones ni cuándo volveremos. Parece de una lógica tal que quizá no sería necesario recordarlo. Pero hay muchos pardillos que se comunican por Facebook, Twitter o WhatsApp sin darse cuenta de que, si explican sus planes para estos días, los ladrones tecnológicamente al día sabrán cuándo ir sin problemas. De tan extravagante, el aviso recuerda los de algunos manuales de instrucciones. Son históricos los de unos congelados Findus (“sugerencia para servir: descongelar primero), los de un modelo de plancha Rowenta (“no planche la ropa sobre el cuerpo”), los de algunos televisores (“encienda el televisor antes de mirar un programa”), los de unas pastillas para dormir (“advertencia: puede producir somnolencia), los de un puding de Marks & Spencer (“atención: después de calentarlo el producto estará caliente”), los de una sierra eléctrica (“no intente detener la sierra con las manos o las piernas”) o los de aquel microondas glorioso (“nota: el microondas no está previsto para calentar animales vivos”). Tuvieron que añadir esta nota después de que una señora bañara a su gato y lo pusiera un rato en el microondas para secarlo. Murió reventado, pobre animalico. Buenas vacaciones, los que tengan.