La gran evasión
El Barça pierde a 18 jugadores antes de una de las semanas claves del año
Se fueron ayer y hasta 48 horas antes del partido contra el Madrid del 2 de abril no volverán todos al Barcelona. Se fueron y son muchos e importantes. Entre ellos, por primera vez están Messi, Luis Suárez y Neymar para unos partidos oficiales. Los tres miembros del tridente, autores de 107 goles con el Barça este curso, sólo harán dos entrenamientos antes de medirse a Cristiano, Ramos y Navas. La gran evasión no es la mejor forma de preparar el clásico y la ida de los cuartos de final de la Champions. No se han escapado porque tienen permiso legal para estar con sus selecciones pero el Barcelona se ha quedado sin 18 futbolistas justo antes de una de las semanas más importantes de la temporada. En cambio, el Madrid perderá 12 futbolistas durante el parón, uno más que el Atlético.
Hoy, mañana y el jueves Luis Enrique ha planificado entrenamiento en la ciudad deportiva. Pero el técnico asturiano ya sabe de antemano que estos tres días poco le servirán de cara a la visita del Madrid pues trabajará en familia, con Masip, Douglas, Adriano y Aleix Vidal –Sandro está lesionado para seis semanas–, cuatro de los futbolistas que menos minutos han dispuesto esta temporada. Quizás el gran objetivo de esta semana sea recuperar a Andrés Iniesta, baja en El Madrigal y que tampoco ha sido convocado por Vicente del Bosque, para que esté a tope cuando llegue el resto de la plantilla.
Para más inri, los seis blaugrana sudamericanos convocados con la absoluta (Rafinha está con la Olímpica pero sólo entrenará), que son los que tienen partidos oficiales de clasificación para el Mundial de 2018 en Rusia, afrontan duelos di- rectos entre ellos. Messi y Mascherano se enfrentarán el jueves a Bravo en la reedición de la última final de la Copa América, que ganó Chile en la tanda de penaltis. El portero regresará justo después de ese duelo en Santiago ya que Pizzi le ha liberado del viaje a Venezuela porque el portero de la Liga está a pun- to de ser padre. Mientras Neymar y Dani Alves reciben ese mismo día la visita en Recife de Uruguay, con la gran novedad de Luis Suárez, que regresa tras los diez partidos de sanción que le impuso la FIFA.
La última vez que Suárez se puso la camiseta celeste no fue aquella tarde en Natal cuando mordió a Chiellini durante el Mundial de 2014. Después de que el TAS le suavizase el castigo, el punta pudo jugar tres amistosos que le sirvieron
REFLEJO DE UN BUEN CURSO “Casi toda la culpa de que esté en la selección la tiene Luis Enrique”, agradece Sergi Roberto
ANTES DE LO PREVISTO Busquets probablemente dejará la concentración de España con una luxación en un dedo de la mano
para coger el ritmo de competición antes de poder jugar con el Barça. El último fue el 14 de noviembre de 2014 en Montevideo contra Costa Rica y marcó. Desde entonces, han sido 16 meses de tener que ver a sus compatriotas por la televisión.
Ya ocurrió que el clásico de la primera vuelta coincidió con un parón por compromisos de selecciones. Entonces también el Madrid salió beneficiado de las convocatorias. Todo un posible equipo titular con Keylor, Carvajal, Ramos, Marcelo, Casemiro, Modric, Kroos, Isco, Cristiano, Bale y y Benzema se quedaron trabajando en Valdebebas –los dos últimos vuelven a descansar–. De poco le sirvió a Rafa Benítez porque el Barça ganó 0-4 en el Bernabeu. Aunque hay que decir que antes de aquel 21 de noviembre ni Suárez, cumpliendo sanción, ni Messi, acabándose de recuperar, cruzaron el charco.
Este agravio también es un reflejo de la gran campaña que está realizando el Barça. Ter Stegen y Mathieu han vuelto a ser citados por Löw y Deschamps, respectivamente. Y Sergi Roberto debutará. “Casi toda la culpa de que esté en la selección la tiene Luis Enrique. Este año me está dando la confianza y estoy jugando mucho de lo que sea. Al final, si lo haces bien en tu equipo puedes venir a la selección”, reflexiona el de Reus. El que probablemente abandonará la concentración española y no viajará a Udine y Cluj es Sergio Busquets, con una luxación en un dedo de la mano, para no arriesgar.