El Poggio de Calella
Nacer Bouhanni olvida las penas de Sanremo con una victoria clara en la Volta
De Sanremo a Calella. De la decepción en la costa del mar de Liguria a la victoria en la otra banda del Mediterráneo. Del descenso del Poggio hacia la pesadilla, a la bajada de Collsacreu hacia la victoria. El francés Nacer Bouhanni, seguramente el mejor velocista de una Volta poco nutrida en este aspecto, es el primer líder de la carrera, después de imponerse por delante del británico Ben Swift (Sky) y el sudafricano Daryl Impey (Orica), con un brillante Jordi Simon séptimo.
“Hace dos días que no duermo bien, sólo pienso en la desgracia de la Milán-Sanremo... Estaba en la posición ideal, había hecho la carrera perfecta... Una pesadilla”. Bouhanni (25 años, Cofidis) elogió la Volta y la importancia de su victoria de ayer, pero es evidente que no tiene la trascendencia de un triunfo en Sanremo. Pero ha demostrado haberse recuperado anímicamente (estuvo a punto de anular su inscripción en la Volta, hasta que le hicieron ver que el mundo no se acaba y que había que mirar hacia delante) y lo ha hecho de la mejor manera posible: con sprints victoriosos. Uno por ahora. “Hay tres o cuatro etapas buenas para mí en esta Volta. Mañana mismo [por hoy] tengo otra opción...”.
En Sanremo sufrió un incidente mecánico justo a tiro de meta, donde Swift, precisamente, acabó segundo tras Arnaud Démare. En la mente de Bouhanni, el resultado de ayer es una prueba de que llevaba la Sanremo en las piernas.
La primera etapa de la Volta arrancó con un minuto de silencio por las víctimas de Freginals y desde el principio mostró un Cofidis decidido a trabajar de lo lindo para asegurar el sprint. La primera escapada seria, con gente de los equipos modestos, tropezó con el Coll Formic. Y los posteriores intentos tampoco tuvieron bastante
XAVIER G. LUQUE
EL DESENCANTO
“Hace dos días que no duermo bien, sólo pienso en la desgracia..., había hecho la carrera ideal”
EL OBJETIVO
“La Volta no es fácil, por las subidas, pero hay tres o cuatro etapas que me son favorables”
solidez. Se vio que tanto el Movistar como el Sky vienen con ganas e intervinieron para llevar la etapa por el camino de la lógica cuando lo consideraron imprescindible.
El equipo de Nairo Quintana trabajó en los puertos del Montseny y el de Chris Froome lo hizo especialmente en la bajada de Collsacreu. Entonces, a la altura de Sant Pol, probó fortuna el alemán Björn Thurau, hijo del recordado Dietrich Thurau, ganador de etapas en Tour, Giro y Vuelta. Cogió unos metros pero sin continuidad.
Más adelante fue el turno de otro hijo de ilustre campeón, Nicolas Roche, el heredero de Stephen Roche, el vencedor del Tour de 1987 después de una lucha asfixiante –en toda la literalidad de la expresión– con Perico Delgado.
Pero el Roche actual tampoco pudo burlar un grupo principal decidido a pisar Calella en formación de sprint. Muy poco antes de la flamme rouge, la banderola que anuncia el último kilómetro desde tiempos inmemoriales, el irlandés del Sky quedó engullido por el pelotón. Sonaban las campanas que anuncian el sprint. Y Bouhanni, sin mucha discusión, impuso la ley del más fuerte. Y del más motivado, seguramente.
“Tampoco podemos decir que haya sido fácil”, comentó el ganador en la meta de Calella. “La Volta tiene su dificultad por las subidas y he tenido que engancharme más de una vez para no quedar eliminado. El equipo ha trabajado de lo lindo todo el día”.
Parece difícil que hoy pueda cambiar mucho el panorama, cuando menos sobre el papel de la hoja de ruta. La etapa se perfila destinada a un nuevo sprint, a pesar del alto de primera categoría por el camino.
Veremos si Bouhanni continúa con apetito o si algún otro equipo es capaz de establecer una estrategia victoriosa.