Lorenzo no renueva
Jorge Lorenzo congela su renovación hasta Jerez para hacerse querer por Yamaha y esperar otras ofertas
Herido en su orgullo por los constantes elogios de Yamaha a Valentino Rossi, el mallorquín Jorge Lorenzo ha optado por frenar provisionalmente la renovación que le ofrece la marca de los diapasones, pese a tratarse de un contrato sumamente generoso en lo económico y que le garantizaría además una moto competitiva.
Pocas veces una preciosidad de 416 CV y 90.000 € pasa tan inadvertida como ayer el Porsche Cayenne S que recibió de regalo Jorge Lorenzo. El campeón de MotoGP y flamante ganador de la carrera inaugural en Qatar eclipsó a la bestia alemana por el lío en que se ha metido. Si pretendía iniciar el curso liberado de asuntos extradeportivos que le descentrasen –y por eso desde enero había apremiado a Yama a que acelerara su renovación–, a Lorenzo le está saliendo la jugada al revés: su negociación de contrato se alargará hasta Jerez. “Porque ahora soy el campeón, estoy en una posición de fuerza y puedo esperar a decidir cuándo es el momento”.
Es la explicación más inteligible que da el tricampeón de MotoGP públicamente para justificar el frenazo a una renovación (por dos años, hasta el 2018) que él mismo querría tener solventada. Aunque todo apunta a que Jorge seguirá corriendo en la factoría de los diapasones –por lógica deportiva–, el mallorquín supedita la firma a “tres condiciones”. Como en aquel hit de los 60 que cantaban Cristina y Los Stop, tres cosas hay en la vida de Lorenzo: moto, dinero y amor.
Así lo expuso al ser preguntado por La Vanguardia sobre qué factores haría depender su decisión: “Recibí la oferta hace una semana (el martes, al llegar a Qatar), y voy a valorarla teniendo en cuenta tres condicionantes: el rendimiento de la moto, la oferta económica y la valoración dentro del equipo, el cariño. Pero por delante de eso está la competitividad de la moto: yo firmo ganar el campeonato”.
El rendimiento de la moto está fuera de duda. “Estoy aquí para intentar ganar, soy un piloto ganador, muy ambicioso y competitivo, y ahora, por lo que se ha visto el año pasado y en Qatar, la Yamaha sigue siendo una moto muy ganadora”. Condición primera cumplida.
La oferta económica tampoco sería un impedimento. “Es la mejor propuesta que ha tenido jamás Jorge, y la mejor del paddock”, de ocho cifras, muy por encima de lo que cobra Rossi, dicen que el doble, ya que el italiano regresó a Yamaha en el 2013 firmando a la baja. “Lo económico es importante, pero menos que la moto”, resuelve Jorge. Segundo condicionante aprobado.
El tercer factor, el afectuoso, es el más delicado. Lorenzo se pone a la defensiva. “Yo nunca he dicho que me sienta infravalorado o que me falte cariño en el equipo. Estoy muy bien, tengo una gran moto y me siento valorado”. Aunque en los últimos tiempos los hechos evidencian que Jorge no recibe un trato acorde con los éxitos que le da a Yamaha: los tres últimos títulos de la firma los ha logrado él, el último de Rossi se remonta al 2009... Y sin embargo, el memorial de agravios se incrementa: la cúpula de Yamaha se posicionó en favor de Rossi en la polémica de final de curso del 2015 obviando que Lorenzo optaba al título, a Lin Jarvis se le abren las carnes con Vale –“su renovación es música para los oídos de los aficionados de Yamaha y MotoGP”, decía–, mientras que Jorge “si decide marcharse, la vida es así”, al tiempo que Rossi fortalece su posición tejiendo negocios empresariales (su empresa VR46 Racing Apparel gestiona el merchandising del equipo), y Yamaha suministra las motos a la VR46 Academy y utiliza la imagen victoriosa de Rossi en la publicidad institucional de la firma.
“Quizás esa sensación sea la ver- dad –admite Jorge–, pero soy más bien frío y no es algo que vaya a influir en mi decisión”, rechaza el balear, que dice tener asumido su rol de actor secundario si se queda junto a Rossi. “Se ha labrado ese mérito ganando más de 100 carreras y 9 títulos mundiales; por la razón que sea tiene muchos fans, es normal que a Yamaha le interese tenerlo como imagen de la marca y para vender más motos... aunque últimamente no esté ganando muchos títulos”, dispara con bala Jorge.
Con todos esos ingredientes, Lorenzo debe decidir “en unos días o semanas”. Añadirá al análisis con sus colaboradores un cuarto condicionante: “La motivación, qué equipo me da más”. Aunque, según él mismo, “ofertas de verdad, sólo he recibido la de Yamaha”.
EL DEDO EN LA LLAGA “A Yamaha le interesa tener a Rossi para vender motos... aunque no esté ganando muchos títulos”