La crisis en el contenedor
Desde el arranque de la última recesión la generación de basura ha caído un 22%.
La crisis también ha mermado la cantidad de basura que producimos. La reducción del consumo público y privado durante los años de estrecheces económicas se ha dejado notar en los residuos que generamos. En el 2014, cada español acumuló una media de 435 kilos de desechos, el 22% menos de los generados en el 2008, según los datos de residuos municipales difundidos ayer por Eurostat, la oficina de estadísticas de la Unión Europea. De esta cantidad, tan sólo un tercio se aprovecha por la vía del reciclado o el compostaje, lo que sitúa a España por debajo de la media comunita- ria, con un 44% que está muy lejos de los países que más residuos recuperan: Alemania (64%), Eslovenia (61%), Austria (58%) y Bélgica (55%).
Las estadísticas comunitarias detallan que el 55% de los desechos que recogen los servicios municipales en España se sigue abandonando en vertederos, mientras que un 12% de ellos se incinera, otro 17% se composta y el 16% restante se recicla.
Estas cifras suponen un ligero avance en el volumen de basura que se utiliza para fabricar abonos pero suponen un retroceso en las tareas de reciclado, ya que en 2013 las estadísticas de Eurostat indicaban que el 20% de los residuos se reciclaban.
El informe de la oficina de estadísticas comunitarias subraya que la crisis ha contribuido a reducir la generación de basura en toda la Unión Europea hasta situarla en los niveles de 1995 en cuanto a volumen pero con mejores tasas de aprovechamiento, puesto que al menos 200 de los 475 kilos que se generan por europeo y año se reciclan o compos- tan, mientras que hace veinte años no se aprovechaban ni 100. En concreto, la tasa de residuos reciclados o aprovechados para fabricar abono ha pasado del 17% al 44% desde 1995.
El análisis de los datos también evidencia grandes diferencias en la forma en que los países europeos tratan sus residuos domésticos. Dinamarca, el país comunitario que más basura produce por habitante y año (759 kilos), incinera el 54% de estos residuos, recicla o composta otro 44% y sólo lleva al vertedero un 1%. Rumanía, que es el socio con menos desechos municipales por habitante (254 kilos), abandona el 82% en vertederos, incinera un 2%, y sólo recicla o composta el 16%.
También hay diferencias entre los líderes del reciclaje, Eslovenia y Alemania. Los primeros reciclan prácticamente la mitad de los 432 kilos de basura que acumulan por persona, compostan otro 12%, y el 39% restante lo llevan a los vertederos. Los alemanes, por su parte, reciclan el 47% de los 618 kilos por habitante que generan, compostan otro 17%, incineran un 35% y sólo llevan al vertedero un 1% de los restos.
En Austria, el tercer país que más basura recupera, el compostaje (32%) es más habitual que el reciclado (26%), se incinera un 38% de los residuos y sólo llega al vertedero el 4%.
La Europa comunitaria es muy desigual en sus residuos. La gestión municipal consisten en una gran recogida de los desechos generados por las familias en sus hogares, pero también puede incluir residuos similares originados por pequeños negocios e instituciones públicas que son recogidos por la municipalidad. Esta parte puede variar entre municipios y entre países, en función del sistema de gestión de los desperdicios que se utiliza en cada lugar. Lo que genera la agricultura y la industria no se incluye en la estadística de este estudio.
En principio, los datos se refieren sólo a los desechos que se tratan dentro del propio país miembro, y no se tienen en cuenta las basuras que son exportadas para su tratamiento. A menudo, como ocurre en Luxemburgo, el espacio es demasiado limitado.
El 55% de los residuos en España van a parar a vertederos, mientras que en Alemania sólo se entierra un 1%