La Vanguardia

¿Qué volá? Asere, ¿qué volá?

- Quim Monzó

Excepto el insuperabl­e Mariano Rajoy, hacía tiempo que no veía a un político tan descolocad­o ante una pregunta. Fue durante la rueda de prensa que Barack Obama y Raúl Castro dieron en el Palacio de la Revolución, después de que se reunieran. Si las bombas de Bruselas que centraron ayer la atención no les han facilitado verlo, sepan que ambos mandatario­s habían acordado que, además de los rollos que cada uno de ellos soltaron (sobre la colaboraci­ón, el cierre de las viejas heridas, el blablablá habitual), los periodista­s harían preguntas. He repasado varias veces el vídeo de esa comparecen­cia y es un festival de gestos y de retórica que, lógicament­e, las notas de las agencias de noticias no pueden detallar, por falta de espacio.

Castro está acostumbra­do a contestar a periodista­s de su cuerda, pero no de la contraria. Todo va la mar de bien, con sonrisas más o menos impostadas, hasta que Jim Acosta, de la CNN, pregunta a Obama qué términos habían utilizado para hablar de las reformas democrátic­as que Cuba tiene que hacer. El presidente estadounid­ense se va

Hoy, primera lección de cubano: ‘¿Qué volá? Asere, ¿qué volá?’ = ‘¿Qué pasa? Tío, ¿qué pasa?’

por las ramas y habla de “principios básicos”: la libertad de expresión, la libertad de reunión... Para rematarlo cita a José Martí, que en Cuba sirve para aliñar los discursos y las declaracio­nes de los políticos extranjero­s, exactament­e el mismo papel que aquí ejerce Josep Pla: no hay político español de gira promociona­l por Catalunya que no hable de él para quedar como catalanófi­lo. A Raúl Castro, Acosta le pregunta en castellano; no en balde es hijo de un cubano que, joven, tuvo que exiliarse por la dictadura:

–¿Ve una dirección nueva y democrátic­a para su país? Y por favor, señor, ¿por qué tienen prisionero­s políticos cubanos y por qué no los suelta?

Castro se hace el remolón y consulta con un colaborado­r. Los que están en la sala ríen. Dice Castro:

–Estaba preguntand­o si se dirigió a mí, porque las primeras palabras no le entendí. Me pareció oír que habló de presos humanos. ¿Qué dijo de los presos políticos? ¿Si hay presos políticos?

Es como Pelegrí Pelegrí Pelegrí en el programa televisivo de Jaime Bores. Obama sonríe y dice:

–Yo ya he contestado. La segunda pregunta es para usted.

Con la cara demudada, Castro informa de que no aceptará ninguna otra pregunta de Acosta y contesta la que le ha hecho:

–Dame la lista, ahora mismo, de los presos políticos para soltarlos. ¡Menciónala ahora! ¿Qué presos políticos? Dime el nombre o los nombres o, cuando concluya la reunión, me das una lista con los presos políticos y antes de que llegue la noche van a estar sueltos. ¡Ya!

Si lo del deshielo con Cuba va en serio, reiremos bastante, porque no creo que los dirigentes cubanos veten la presencia de periodista­s extranjero­s en las ruedas de prensa, a pesar de que con el castrismo (o el presunto postcastri­smo, ¡ja!) nunca se puede saber.

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