PSC y ERC apoyan con condiciones a BComú
El voto favorable a la modificación presupuestaria no garantiza que lo hagan en la aprobación definitiva
El gobierno municipal de Barcelona aprobó ayer de manera inicial la modificación presupuestaria de 275 millones que actuará “de facto, como si fueran unos nuevos presupuestos”, según el primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello. Los partidos de la oposición no lo ven igual y todos y cada uno de ellos se lo recordaron ayer a BComú. Pese a ello, PSC, ERC y CUP dieron apoyo a la propuesta. Los tres partidos votaron a favor en la comisión de Economía y Hacienda pero dejaron claro que no saben si repetirán el sentido del voto cuando se lleve a debate la aprobación definitiva.
El apoyo de los socialistas va ligado al compromiso de inversión de 43 millones en la ronda de Dalt, Pere IV y la Meridiana. “Los barrios vuelven a estar en el mapa de las inversiones de Barcelona”, celebró la portavoz adjunta del PSC, Montserrat Ballarín, que advirtió de que la interlocución se mantiene abierta. “Continuaremos negociando con el gobierno y presentaremos alegaciones”, dejó claro Ballarín. En la misma línea se pronunció ERC, que pese a dar también su apoyo, remarcó que “aún queda mucho por hablar hasta decidir el voto de la aprobación final”.
El apoyo de los republicanos a la tramitación inicial de la modificación presupuestaria llegó tras sellar la inclusión de una partida de 15 millones para financiar las obras de la línea 10 de metro en la Zona Franca, “un hito histórico”, en palabras de Alfred Bosch, que conlleva compromisos de inversión también para los dos próximos años. Además, el voto favorable de ERC supone dedicar 1,9 millones a la creación de una tarjeta con descuentos en el transporte público para jóvenes, la aceleración de las obras del mercado de Sant Antoni con 3,4 millones y la bonificación del IBI a los comercios emblemáticos de la ciudad, entre otras partidas negociadas hasta pocas horas antes de la votación. La CUP también votó a favor de los números de BComú para, según Josep Garganté, “no frenar que la ciudad avance hacia la izquierda”. Pese a ello, el portavoz de la CUP también dejó claro que ellos tampoco garantizan el apoyo a la aprobación definitiva en el plenario.
CiU, en cambio, votó en contra y criticó el método de la modificación presupuestaria escogido por BComú. Sònia Recasens lo calificó de “un mecanismo legal
CiU y Ciutadans alertan de que “se pone en riesgo la liquidez del Ayuntamiento”
rápido, pero el menos transparente y participativo”. Recasens criticó un aumento de 100.000 euros en “partidas superfluas de alcaldía” y advirtió del peligro de aumentar el gasto recurriendo al remanente y la petición de nuevos créditos. La misma crítica realizó Ciutadans. Carina Mejías aseguró que “se pone en riesgo la liquidez del Ayuntamiento”, reducida a 42 millones cuando el año pasado era de 195. Más allá de los números, Javier Mulleras (PP) tildó el apoyo de PSC y ERC como “el regreso del tripartito que hundió Catalunya con caras nuevas pero viejas políticas”.