La primera cocina de vanguardia
El Museu d’Arqueologia de Catalunya presenta la exposición ‘El geni culinari’
Hay que acercar la arqueología a todos los públicos y presentar hallazgos de hace miles de años como algo atractivo y como parte de la oferta cultural de la ciudad. Así lo ve el director del Museu d’Arqueologia de Catalunya, Josep Maria Rueda, quien trabaja con su equipo para conseguirlo. Lo hace organizando exposiciones tan interesantes como la que en su día descubría a los visitantes el mundo de la cosmética y la belleza en la antigüedad ( Històries de tocador) o la seducción y el sexo en la época romana ( Sexe a Roma). O como El geni culinari, que abrirá sus puertas el 31 de marzo y contará con una presentación de Ferran Adrià.
Nada mejor, lo tiene claro, que aproximar al público de hoy aspectos de la vida cotidiana y de interés general para conocer cómo eran y cómo vivían nuestros predecesores. Y nada mejor que la comida o los recipientes en los que la preparaban o la servían para entender los orígenes de lo que hoy comemos. Y eso es lo que trata demostrar El geni culinari con una puesta en escena atractiva y combinando artilugios prehistóricos con los objetos de la cocina moderna. Lo hacen para demostrar que tradición y vanguardia van de la mano. Han reunido piezas del paleolítico hasta el tiempo de los íberos, algunas de las cuales en su día fueron revolucionarias y cambiaron la relación de las personas con la cocina constituyendo la primera vanguardia culinaria mucho antes del tiempo de las esferificaciones y las espumas, que también aparecerán representadas. “A todos nos gusta comer bien y queremos atraer a la gente al museo hablándoles de algo que le interesa. El diseño de la exposición será novedoso y sorprenderá que hablemos de innovación, porque todas las tradiciones han tenido un momento de innovación”, explica Rueda.
El bioantropólogo Lluís Garcia Petit, comisario de la muestra, explica que de la misma forma que lo que hoy es vanguardia culinaria puede acabar siendo tradición, también lo que hoy es tradición fue algún día pura innovación. Lo fue en su momento el primer cuchillo de sílex para cortar carne, lo fue la cocción de agua para elaborar la primera cocina líquida, lo fue, por supuesto el dominio del fuego, los primeros artilugios para cazar o pescar, lo fueron los primeros recipientes de cerámica que permitieron la mezcla de ingredientes para cocinarlos o el metal que permitió cocer a l’ast. Un molino rotatorio para moler cereales del siglo VII a.C. procedente de la zona de Ponent, muestras de una explotación de sal de la edad de bronce de Gerri de la Sal, una manzana fosilizada de tiempos de los íberos, un embudo de las Terres de l’Ebre del yacimiento de Tossal de les Vinyes o una cuchara de hueso de Banyoles que se remonta al neolítico son algunos de los objetos que se expondrán. Pero también se tratará de aproximar al visitante cómo debió ser el banquete más antiguo docu- mentado, del que se han conservado restos de los huesos de las carnes que se depositaron en un silo. Petit explica que el silo en el que se guardaba el grano se utilizaba como vertedero y que todos los restos se depositaron en un periodo de tiempo muy corto. “Intuimos que eran hombre y mujeres y que debió ser una ceremonia de tipo social, tal vez un enlace”.
¿Qué comieron? Un buey, tres cerdos, un par de corderos, once gallinas, once torcaces, mucho pescado... en recipientes que se compartían. Los restos están con- servados como si hubieran sido consumidos con un protocolo y se cree que podría haber sido una fiesta en la que participó todo el pueblo.
Garcia Petit destaca la importancia del primer cuchillo, un chopper de piedra. “No deja de ser curioso que ahora la última tendencia en cocina sean los cuchillos de piedra”. A la pregunta de si en algo la alimentación prehistórica se puede considerar mejor que la actual Garcia Petit responde que la caries no existía antes de la práctica de la agricultura y que el 90% de las enfermedades infecciosas llegaron con la domesticación de los animales. Por el contrario, se pue-
Se organizan tres cenas en las que se podrá intuir qué se comía mucho antes de que hubiera libros de cocina
de decir que con la cocina líquida se pudo alimentar a individuos frágiles. El descubrimiento del fuego y la consiguiente cocción facilitó de forma importantísima la digestión y liberó energía del cuerpo, por lo que se pudo desarrollar más el cerebro, menos ocupado en digerir y más en pensar. Eso, junto a las herramientas, fue crucial.
Los responsables de la muestra han organizado tres cenas con la ayuda de la Fundació Alícia y la cocinera Ada Parellada, en la que los interesados podrán conocer ingredientes y técnicas culinarias que se utilizaban en los tiempos prehistóricos. Desde un caldo de hierbas hasta el origen de los cereales (desde la simplicidad inicial haa la espuma), un filete de cerdo con frutos rojos y frutos secos. Unas cenas en las que el comensal tendrá que interactuar, para hacerse una idea de lo que supuso aquella remota vanguardia culinaria cuando los libros de cocina eran poco menos que ciencia ficción.