La actriz polivalente cumple 40
Reese Whiterspoon, actriz versátil y productora, alterna el cine con múltiples negocios
Era posible imaginar que aquella niña de 14 años que interpretó a la hija de Sam Waterston y Tess Harper en Verano en Louisiana en 1991 tenía toda una carrera por delante, pero seguramente nadie que le vio en aquel filme de Robert Mulligan, en el que debutó como actriz, supuso que con los años se convertiría en una de las estrellas mas importantes de su generación. Reese Witherspoon, que obtuvo con aquel filme una nominación de los críticos de Chicago a la Actriz más prometedora y otra de los Young Artists Awards a la Mejor actriz jóven, celebró ayer sus 40 años con una larga lista de logros y una maravillosa situación personal.
Felizmente casada con su segundo marido, Jim Toth, uno de los agentes más poderosos de CAA, la agencia que representa a un tercio de las grandes figuras de Hollywood, Reese dedica buena parte de su tiempo a ser mamá, ya que tiene con Jim un niño de 3 años, Tennessee, nombrado en homenaje al estado en el que se crió, además de los dos de su matrimonio previo con Ryan Phillipe, Ava, que hoy tiene 16 años, y Deacon, de 12. Gracias a una situación económica privilegiada, no necesita apurarse para involucrarse en nuevos proyectos como actriz, y ha aprendido de errores del pasado a ser cuidadosa a la hora de elegir papeles.
En los últimos tiempos, ha dado prioridad a los proyectos que ha desarrollado con su propia compañía productora, aunque también sabe dar un paso al lado cuando no conviene que sea la protagonista. Eso fue lo que hizo con Perdida, el filme de David Fincher que obtuvo 4 nominaciones al Globo de Oro y una al Oscar, otorgada a su gran amiga Rosamund Pike, quien ocupó el lugar que originariamente había imaginado para sí cuando adquirió los derechos del exitoso libro de Gillian Flynn. En cambio, no tuvo dudas de que debía protagonizar Alma salvaje, para la que contrató como director al francocanadiense Jean-Marc Vallée cuando éste concluía Dallas Buyers
Club, sabiendo que ese filme podría hacer resurgir su carrera tras una serie de desilusiones. No se equivocó. El filme le dejó su primera nominación al Oscar después de haberse llevado la estatuilla dorada en el 2006 con En la cuerda floja, un hito en su carrera por el que también se ganó el Globo de Oro y el premio del Sindicato de Actores.
El éxito comercial de Perdida, que amasó en todo el mundo una cifra cercana a los 330 millones de euros, ciertamente ha ayudado a colocar en un lugar de privilegio a su empresa productora, Pacific Standard, por más que su siguiente proyecto, ¡Pisándonos los tacones!, donde compartió cartel con Sofía Vergara, no haya corrido la misma suerte. La empresa recientemente produjo las series Big Little Lies con Alexander Skasgard y tiene en carpeta el nuevo filme de Todd Haynes sobre la vida de la cantante Peggy Lee, que seguramente interpretará Witherspoon, así como la serie Broken, con Anna Paquin. Ahí no se termina la faceta empresaria de Reese, que también ha lanzado una línea de ropa llamada Draper James en honor a sus abuelos, y que por ahora tiene sólo una tienda en Nashville, pero pronto abrirá una segunda en Dallas dentro de un plan para extender su presencia por todo Estados Unidos.
Por ahora, Witherspoon no tiene planes de volver pronto a las carteleras, ya que sólo le ha prestado la voz a un personaje en una película animada, Canta, que se estrenará en diciembre, y si bien se ha comprometido a protagonizar la nueva película de Paul Feig, Wish List y participará en Downsizing del multipremiado Alexander Payne junto a Matt Damon y un gran elenco, este filme no llegará a los cines hasta finales del año próximo.
Sin apuros para demostrar nada que no sepamos de ella, Reese sigue disfrutando de la vida y una buena muestra fue la gran fiesta con la que comenzó la semana de su cumpleaños el pasado sábado. Alquiló un famoso club nocturno de Los Ángeles, el Warwick, e invitó a muchos de sus amigos famosos, entre ellos Taylor Swift y Keith Urban, quienes no dudaron en improvisar un concierto en su honor. Reese también subió al escenario y cantó Sweet Home
Alabama, el tema de una de sus películas más famosas, y disfrutó de la compañía de Jennifer Aniston, Kate Hudson, Matthew McCounaghey, Robert Downey Jr, Tobey Maguire e Isla Fisher, entre muchos otros que le han acompañado en su camino triunfal.
Su papel de una abogada en ciernes, muy pija y con debilidad por el rosa, la llevó a la fama