El Cordobés acentúa la presión sobre su padre
Díaz cuelga en la red una foto suya y otra de Benítez, iguales
Después de años de silencios y desaires, el torero Manuel Díaz, El Cordobés, ya no aguanta más y ha emprendido un duro ataque contra Manuel Benítez, al que considera su padre biológico y del que nunca ha recibido ni una sola muestra de cariño o al menos reconocimiento. “La paciencia se me ha acabado”, señala.
El pasado día del Padre fue el momento escogido por Díaz para subir a su cuenta de Instagram sendas fotos de los dos cordobeses cuando eran jóvenes. Imágenes en las que el parecido es más que evidente. El torero en activo acompañaba las imágenes con el siguiente mensaje: “A veces los genes juegan malas pasadas y quien no quieres que se parezca a ti se parece más que los que quieren. Cosas de la vida. El tiempo pone a cada uno en su sitio. Yo estoy en el mío. ¿Y tú?”.
Manuel Benítez, El Cordobés original, deberá someterse en los próximos días a una prueba de paternidad que determinará si Manuel Díaz es o no su hijo. El pasado 3 de febrero el torero, que tiene 47 años, anunció que había interpuesto una demanda contra quien considera su padre biológico. En el juzgado aportó la documentación y una servilleta de papel con la que Manuel Benítez se habría limpiado los labios tras beber un vaso de agua en un hostal de la localidad cordobesa de Almodóvar del Río.
Aunque Manuel Díaz lo niega, planea sobre su actitud una posible aspiración a la herencia de su supuesto padre. Algo que él desmiente en redondo: “Mi situación económica puede que sea incluso mejor que la suya”, asegura. En todo caso, se sabe que Benítez tiene a su nombre únicamente una finca en Córdoba, ya que el resto de sus posesiones y empresas están a nombre de su mujer y sus cinco hijos.
“Soy un hombre de paz, no pue- do odiar a quien no he amado, a alguien por quien sólo tengo respeto y admiración”, manifiesta Díaz, pero la permanente actitud de desprecio hacia su persona, unida a varias zancadillas en su carrera taurina, le han llevado finalmente a presentar la demanda de paternidad.
Según su historia, es hijo de Dolores Díaz González, una jiennense que estaba empleada en la casa madrileña de unos amigos de Manuel Benítez. Éste quedó prendado de la chica, con la que al cabo de un tiempo mantuvo relaciones. El Cordobés terminó olvidando completamente a esa mujer, aunque durante un corto espacio de tiempo sí se preocupó económicamente de Dolores y de su hijo.
La demanda de paternidad sigue su curso y Benítez será citado para hacerse la prueba de ADN