El sueño del Tour
Tres mosses d’esquadra forman parte del equipo motorizado de la Volta a Catalunya
La seguridad en la Volta está en manos de los Mossos d’Esquadra, un dispositivo complejo que cubre tareas bien diversas y que además tiene en el horizonte un reto todavía más exigente: la etapa catalana del próximo Tour de Francia. “En total la Volta moviliza a unos 600 mossos”, explica al inspector Andreu González, responsable del dispositivo. Esta cifra es la suma de todos los policías implicados durante siete días, pero los mossos que acompañan la Volta durante toda la semana son unos 60. “Para todos ellos es un orgullo estar aquí, es un trabajo diferente que le ilusiona”, comenta.
El equipo más numeroso y el que tiene más visibilidad es el de los policías de movilidad. Hacen falta 40 motos para acompañar y proteger la carrera. “Pero también tenemos los equipos estáticos, para los puntos de corte de las carreteras, y los encargados del orden público, en las aglomeraciones que se producen en las salidas y las llegadas”. Desde hace unos pocos años es bien visible en la Volta el equipo de vigilancia especial con chalecos antibalas, para controlar posibles amenazas terroristas.
El equipo que convoya la Volta en moto es el más especializado y cubre un montón de tareas que quizás no son suficientemente conocidas. “Tenemos los de las banderas azules, que van por delante de la etapa y avisan de posibles riesgos en la carretera”, detalla Andreu González. “Tenemos también los de las banderas amarillas, encargados de limpiar la carretera de coches ajenos, sobre todo los que puedan llegar en sentido contrario. Después, los de las banderas rojas, que circulan por la izquierda con el tráfico cortado, cuando la carretera, como decimos, está privatizada. Hay también los que abren carrera y los que van por detrás. Y finalmente los de la bandera verde, que señalan que la Volta ya ha pasado y se reabre la libre circulación. Se liberaliza la carretera”.
En este equipo de mossos moto- rizados, equipados con una BMW RT 1200, hay tres mujeres. Tres mosses. Se trata de Mar (que acompaña su primera Volta), Meritxell, que ya lleva dos, y Vanesa, la veterana, va por la tercera. Mar es consciente de la nueva responsabilidad, mientras que sus dos compañeras ya no sufren los nervios del debut. “Es más complicado controlar una carrera de fin de semana, donde sólo tenemos 5 motos, que la Volta, donde el equipo es muy amplio”, comenta Vanesa antes de ponerse el casco y prepararse para tomar la salida. Todas coinciden en qué “estar aquí es un privilegio”, como dice Meritxell. Y Mar explica cómo supo que iba a la Volta: “Hace unas tres semanas y me he preparado”, dice. La tarea no es obligatoria, pero nadie dice que no. Hace falta, eso sí, acreditar una cantidad de horas de moto antes de saltar a la carrera ci- clista. Y tener amaestrado un vehículo que pesa lo que no está escrito. “Calcula unos 300 kilos, con todo el equipo que llevamos”, explican.
La etapa del Tour será una prueba de fuego. El trazado va de Vielha a Andorra y tiene unos 130 km por carreteras catalanas, pasando por La Bonaigua, Sort, El Cantó y La Seu d’Urgell. “Es toda otra historia”, valora el inspector González. “De entrada por la caravana publicitaria, que hace que el Tour exija carreteras completamente cerradas hasta 4 o 5 horas antes del paso de los ciclistas. Ellos tienen un cuerpo muy especializado, la Guardia Republicana, pero tan pronto como pisan territorio catalán el control es nuestro. Absolutamente nuestro, hasta la frontera andorrana”. Muchos de los escogidos para cuidar de la Volta el domingo 10 de julio estarán también con el Tour. “La experiencia es un grado. Por eso siempre combinamos motoristas que ya han hecho ciclismo con los que son nuevos, como en la Volta”, explica.
¿Por qué sólo tres mujeres entre los 40 motoristas? “Bien, en el cuerpo hay un 25% de mujeres, pero en la división de Tráfico la proporción aún es menor, un 12% aproximadamente”. No hace mucho era impensable ver a una mujer entre las motos que convoyan una carrera ciclista. Poco a poco otra barrera va saltando. Meritxell, Mar y Vanesa lanzan un sí rotundo y unánime cuando les preguntan si se apuntarían al Tour de Francia.