Obama critica el apoyo de EE.UU. a la dictadura militar argentina
El presidente desclasifica los documentos militares de Washington con la junta
Buenos Aires y Washington reparan las relaciones que dañaron doce años de kirchnerismo
El destino ha querido que la primera visita de un presidente estadounidense a Argentina en una década suceda exactamente el día en que se conmemoran cuarenta años del golpe de Estado. Una polémica coincidencia que Barack Obama enfrentó ayer nítidamente, haciendo autocrítica del apoyo que EE.UU. entregó a las dictaduras latinoamericanas.
“No hay escasez alguna de autocrítica en EE.UU., desde luego no por parte de este presidente”, respondió Obama a la pregunta de un periodista argentino en la rueda de prensa conjunta con su homólogo, Mauricio Macri. El mandatario reconoció que la historia estadounidense tuvo momentos “contrarios a lo que creo que debe representar EE.UU.”
“Hemos aprendido algunas lecciones que quizás no habíamos aprendido en ese momento. La experiencia en un país como Argentina nos ayudó a desarrollar un enfoque más exitoso en política exterior”, dijo Obama en referencia al lento giro que EE.UU. fue dando respecto a la defensa de los derechos humanos en Latinoamérica, que se inició con la victoria en 1977 de Carter. “Se produjo una maduración”, agregó.
Obama realizará hoy una ofrenda en el parque de la Memoria de Buenos Aires –junto al río de la Plata y detrás del antiguo centro de torturas de la ESMA– en homenaje a los desaparecidos de la dictadura, decenas de los cuales sobrevolaron ese lugar en helicópteros militares antes de ser arrojados aguas adentro.
Obama aceptó la petición de Macri de desclasificar documentos militares de Washington con la dictadura argentina.
Este gesto, que adelanta la desclasificación en diez años, tampoco convenció a los grupos pro derechos humanos. La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, no tiene previsto acudir al homenaje.
El presidente estadounidense criticó la “violencia insensata” del terrorismo yihadista y reiteró que en los nueve meses que le restan en la Casa Blanca su “prioridad absoluta es derrotar a Estado Islámico (EI)”. Para ello continuará con los ataques selectivos contra la cúpula del EI, que “está envenenando las mentes de nuestros jóvenes”.
En respuesta a una pregunta sobre la xenofobia que fomenta Donald Trump, Obama, sin citar al candidato republicano, defen- dió a la “comunidad musulmana americana patriótica e integrada” y sostuvo que “cualquier enfoque que haga que (los musulmanes norteamericanos) sean blanco de discriminación, no sólo no sería algo estadounidense, sino que no sería efectivo”.
El viaje de Obama a Argentina, tras su paso por Cuba, es una clara muestra de apoyo a Macri, tras doce años de gobiernos kirchneristas durante los que la relación entre ambos países quedó dañada. “Estamos sumamente impresionados por el trabajo que ha hecho el presidente Macri en sus primeros cien días”, dijo Obama, calificando el momento de “transición histórica”. El jefe de la Casa Blanca abogó por “reconstruir la confianza, la fe que se ha perdido entre nuestros dos países”.
Antes de su viaje, en una entrevista con CNN en Español, Obama había calificado de “antiestadounidense” a la expresidenta argentina, Cristina Fernández. La última vez que un presidente norteamericano visitó Argentina sufrió una humillante derrota. Fue en la Cumbre de las Américas de Mar del Plata, en el 2005, cuando la alianza entre el argentino Néstor Kirchner y el venezolano Hugo Chávez provocó el entierro del ALCA, el tratado de libre comercio que George W. Bush pretendía establecer con todos los países del continente.