La reacción final no evitó la derrota
El gran acierto de Satoransky y Abrines se quedó sin recompensa
No es muy normal que un equipo encadene tres triunfos consecutivos ante un rival directo, pero el Laboral Kutxa siguió los pasos del camino recorrido por el Barcelona Lassa la semana pasada frente al Real Madrid. El equipo vasco, que se había impuesto en los dos precedentes –ambos en la prórroga–, lo hizo esta vez sin necesidad de tiempo añadido. Los blaugrana, desacertados durante muchos minutos, no culminaron una espléndida reacción en el último cuarto –liderada por Abrines– en la que igualaron una desventaja de trece puntos (58-45) para empatar a 65 a falta de 3m47s. Pero como había sucedido en los dos precedentes, los pequeños detalles decidieron y ahí el equipo de Perasovic fue más listo. Con la segunda plaza perdida, ahora el Barça deberá amarrar alguna de las dos vacantes, siempre con desventaja de pista en el playoff de cuartos.
Tres malos resultados consecutivos afectaron al conjunto de Perasovic, que empezó descentrado, nervioso. El Barça, en cambio, dio una muy buena imagen en el primer cuarto, en el que llevó el ritmo del partido con una buena defensa y un ataque en el que Satoransky, otra vez magnífico, distribuía muy bien el juego. Aunque Dorsey se hizo daño en la mano al intentar un mate, Tomic le sustituyó con acierto y los blaugrana mandaban tras los primeros diez minutos (15-16), un marcador bajo que reflejaba claramente que ayer había mucho en juego en el Buesa Arena. Pero la aparición de Bourousis revolucionó a un Laboral Kutxa más agresivo a partir del minuto 10. Pese a que Satoransky y Abrines –los dos mejores en el conjunto de Pascual– anotaron dos triples seguidos, un parcial de 7-0 hizo desaparecer la ventaja visitante y del 25-28 se pasó al 32-28. Y es que los cinco últimos minutos antes del descanso tuvieron un dominador claro. El equipo vasco hizo mucho daño en el tiro exterior y el Barça perdió el orden y se fue al descanso con el 40-33, muy lejos del objetivo de lograr la segunda victoria a domicilio en el Top 16 de la Euroliga.
Fue una lástima que el tercer cuarto pasara sin pena ni gloria para los catalanes. De haber esta- do en esa fase más inspirados, de haber mostrado el mismo carácter que enseñaron después muy posiblemente no se hubiera llegado al minuto 30 con el 56-45, un marcador muy bajo para los visitantes teniendo en cuenta la importancia de la victoria.
Sin embargo, cuando la situación parecía más complicada con el mencionado 58-45 apareció un Abrines fenomenal con dos triples consecutivos que abrieron una puerta a la esperanza. El mallorquín, reaparecido después de la apendicitis, se permitió el lujo de coger incluso dos rebotes en ataque para anotar a continuación, pero en esos minutos no le pudo acompañar un Satoransky muy cansado y al que Pascual apenas pudo dar descanso porque Arroyo está muy lejos de ser el jugador que el Barça necesita.
Un acierto de Perperoglou desde 6,75 metros igualó el partido a 65, pero el Laboral Kutxa no se asustó y dominó hasta la conclusión porque Blazic replicó con otro triple y el Barça ya sólo pudo anotar de dos. Tras el 74-71 en otra acción de Blazic a falta de 59 segundos llegó un mal ataque visitante y la posibilidad de culminar la remontada se esfumó de forma definitiva.