El voto encapuchado
La izquierda hace equilibrios para mantener la separación de religión y política sin herir sensibilidades ni oponerse a las tradiciones
Cuando es hora de votar, en Andalucía izquierdas y derechas se lanzan por igual a la caza del voto de los cofrades de la Semana Santa.
La Semana Santa en Andalucía es un acontecimiento popular y cultural que supera con mucho a su aspecto religioso. Tras las elecciones municipales de mayo una buena parte de las capitales de provincia y ciudades más pobladas, hasta entonces controladas por el PP, cambiaron de manos. Gobiernos de izquierda, con coaliciones más o menos imposibles, se sientan hoy en los sillones de mando de ciudades como Sevilla, Córdoba, Huelva, Jerez y, sobre todo, Cádiz, con su alcalde José María González, Kichi, al frente. Y esta situación ha reabierto el problema nunca resuelto de cuál es el papel que deben tener los ayuntamientos de izquierdas ante la Semana Santa.
La lucha por el disputado voto cofrade en Andalucía tuvo un pistoletazo de salida sin precedentes. La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, convocó a los máximos dirigentes de las hermandades y cofradías de todas las provincias andaluzas y Jerez de la Frontera a una reunión en San Telmo. Un hecho inhabitual en el que se restringió la presencia de los periodistas y únicamente se permitió tomar fotografías de la insólita convocatoria.
Un gesto de convivencia y armonía de una presidenta que no oculta su devoción por la Esperanza de Triana y que en sus años jóvenes ejerció de catequista católica. A nadie se le escapa que se trataba, de paso, de marcar distancias con respecto a formaciones como Podemos, quien hace justo un año protagonizó un escándalo público cuando su dirigente sevillana, Begoña Gutiérrez, aludió a la posibilidad de “suprimir la Semana Santa si los ciudadanos así lo deciden en referéndum”.
En realidad, se trataba de una respuesta al final de una entrevista a la líder de Podemos que no respondía en absoluto a su verdadero pensamiento. Una broma fuera de micrófono que se convirtió rápidamente en viral. De nada sirvió que el propio medio informativo aclarara lo sucedido. Los rivales políticos, entre ellos y de manera destacada el PSOE andaluz, utilizaron lo sucedido para alertar del apocalipsis que caería sobre la fiesta más querida en Andalucía si los iconoclastas de la formación de Pablo Iglesias llegaban al poder.
Este año, Podemos se apresuró a dejar claro que no tiene nada en contra de la Semana Santa. Y qué mejor para ello que utilizar el ejemplo de Sergio Pascual, en ese momento secretario de organización y diputado por Sevilla, que durante diez años ininterrumpidos fue costalero de la Herman- dad de los Estudiantes. “Estaba muy vinculado a ese mundo desde el colegio”, comentó Pascual en una entrevista con Canal Sur, que presentó al dirigente de Podemos como “el primer diputado costalero del Congreso”. Tras hablar de su experiencia personal, Pascual reconoció que tuvo que dejarlo “porque se fue complicando mi vida laboral. No tenía tiempo para acudir a los ensayos, y a los que nos gusta la Semana Santa sabemos que requiere mucha dedicación”.
Lo curioso del caso es que el mismo día que Pascual aparecía en Canal Sur, en un programa que había sido grabado con anterioridad, recibía la noticia de que había sido cesado de manera fulminante como número tres de Podemos.
También Daniel González Rojas, uno de los dos concejales de Izquierda Unida en el Ayuntamiento hispalense, señala que fue “monaguillo antes que comunista” y que llora “con la Macarena”. Quizá quería así hacerse perdonar el pecado de haber presentado en el consistorio una polémica moción en defensa del laicismo, propuesta que incendió los ánimos de cientos de sevillanos que se manifestaron ante la Casa Consistorial por lo que consideraban un brutal ataque a la religión.
Pero si alguien ha centrado la atención en estos primeros días de Semana Santa es José María González, Kichi. La tradición marca que el alcalde de la ciudad debe presidir la procesión del Jueves Santo del Nazareno del popular barrio gaditano de Santa María, que tiene el título de Regidor Perpetuo de la ciudad. Kichi, en una alambicada decisión, ya ha anunciado que no la presidirá pero sí estará en ella, acompañando a su madre, muy devota de la imagen al igual que la mayoría de los ciuda- danos. “Iré como gaditano y como hijo”, señaló.
González sí acudió en julio a recoger su medalla como miembro nato de la Hermandad del Nazareno, lo que en su momento le acarreó un aluvión de críticas. El alcalde de Podemos también dejó claro que no cumplirá con el rito de llevar el bastón de mando de alcalde al convento de donde sale la imagen. Será el hermano mayor de la cofradía quien tendrá que pasarse a recogerlo al Ayuntamiento.
Kichi confirmó que “tras un intenso debate interno” ninguno de los miembros del consejo municipal integrado por Podemos e Izquierda Unida acudirá como representante institucional a los actos de la Semana Santa, aunque cada concejal podrá hacerlo a título personal. “Hemos decidido que hay que separar la religión de la institución municipal, pero respetando las tradiciones de nuestra tierra”, asegura. Kichi citó al papa Francisco que, según él, defiende que “mantener una actitud intermedia entre Iglesia y Estado es el camino hacia una sociedad sana en la que se trate igual a todo el mundo”.
La hermandad gaditana del Nazareno de Santa María, por medio de su hermano mayor, José Manuel Verdulla, responde al alcalde que “haga lo que le dé la gana, pero no comprendemos que se pueda desvestir de su estatus de alcalde. Su sitio es la presidencia porque él es el representante de todo Cádiz”.
HECHO SIN PRECEDENTES Susana Díaz convocó a los máximos dirigentes de las hermandades y cofradías de Andalucía
El partido de Iglesias usó a su exsecretario de organización como ejemplo de costalero
El alcalde ‘Kichi’, de Podemos, choca con la hermandad local por no presidir la procesión