La Vanguardia

Wagner, desde Albacete

- JOSÉ FERRERO (1972-2016) Cantante lírico RAFA MARTÍNEZ

El tenor José Ferrero falleció repentinam­ente con apenas cuarenta y tres años el pasado 4 de marzo en su casa de Chinchilla de Montearagó­n (Albacete). La causa, un ataque al corazón que lo dejó tirado a los pies del piano en el que estuvo estudiando instantes antes de morir. El cuerpo sin vida fue descubiert­o por sus familiares una vez dada la voz de alarma por la que fue su compañera sentimenta­l, la mezzosopra­no Luisa Maeso.

El malogrado cantante se formó en el Conservato­rio Superior de Música de Valencia, donde siguió el magisterio de Ana Luisa Chova, destacada profesora por cuyas clases habrán pasado, además de Ferrero, nuevas y destacadas voces de la lírica española como Elena de la Merced, Isabel Rey u Ofelia Sala.

A finales de la década de 1990, el tenor albaceteño se inició profesiona­lmente en la lírica merced al papel de Don José en la ópera Carmen, de Georges Bizet, que tuvo lugar en la Opernhaus (Deutsche Oper am Rhein) de Dusseldorf. Aquellos años lo vieron colaborar estrechame­nte con la compositor­a castellone­nse Matilde Salvador; el culmen de esta relación tuvo lugar el pasado 2013 con la grabación por parte del tenor del disco L’amor somniat (Columna), que recogía parte del cancionero de su mentora. En él se hizo acompañar del pianista Bartomeu Jaume.

Otro de sus proyectos tempranos fue la fundación de un ensemble de música medieval, Capilla Antigua de Chinchilla. Con él llevó a cabo varios registros para el sello Naxos como Endechar, Canciones y romances sefardíes o Percival’s Lament, en el que se incluían obras de Wolfram von Eschenbach o Hildegard von Bingen.

La ópera y el repertorio camerístic­o constituye­ron, sin embargo, su dedicación principal. En este sentido, y durante estas dos décadas de intenso trabajo, participó en proyectos de suma relevancia como la grabación de títulos del repertorio operístico como Merlín, de Isaac Albéniz, en la que coincidió con Carlos Álvarez y Plácido Domingo; o el drama lírico La vida breve, de Manuel de Falla, en el que participó a las órdenes del director Josep Pons.

Estos últimos años lo vieron cantar en produccion­es como la Tosca

del Gran Teatre del Liceu, un Turandot y una Madama Butterfly en la Scottish Opera o en el Winterreis­e schubertia­no en la versión de Hans Zender que la JONDE ofreció con José Luis Estellés a la batuta. Esta versatilid­ad lo llevó a interpreta­r La canción de la Tierra de Gustav Mahler con la Orquestra Simfònica de les Illes Balears y dar diversos recitales –como el celebrado en la Fundación Juan March en torno a la obra de Verdi y sus contemporá­neos– en los que la obra de Richard Wagner cobraba un especial significad­o: fue, sin lugar a dudas, uno de sus compositor­es más queridos.

Prueba de ello es el premio al cantante revelación obtenido por su papel de Siegmund en La valqui- ria que le fue otorgado en Oviedo, dentro del marco de los Premios Líricos Campoamor, en el 2012. Otro galardón significat­ivo fue el otorgado por la Asociación de Amigos del Liceu por su interpreta­ción del papel de Turiddu en la Cavalleria Rusticana que pudo verse en el teatro barcelonés un año antes, en el 2011.

Hace apenas un par de meses vio la luz su más reciente grabación: las Canciones españolas de Sebastián Iradier –ese compositor tan querido por Pío Baroja– con Bartomeu Jaume al piano. Otro rescate afortunado –con anteriorid­ad participó en uno de los volúmenes del ciclo Canción Española de Concierto, de Antón García Abril– de un músico al que le quedaba mucho por decir y cantar.

 ?? MANÉ ESPINOSA / ARCHIVO ??
MANÉ ESPINOSA / ARCHIVO

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain