La Vanguardia

El enigma del arca

El arquitecto del Arc de Triomf es la clave del último misterio de la ‘basílica de los prodigios’

- DOMINGO MARCHENA CÉSAR RANGEL (FOTOS) Barcelona

Misterio resuelto. El hallazgo de una representa­ción del arca de la Alianza en una capilla olvidada del templo de los Sants Màrtirs Just i Pastor ya ha sido aclarado. Se trata del último enigma, por ahora, de esta iglesia de Ciutat Vella conocida con justicia como la basílica de los prodigios.

La publicació­n en este diario, el pasado 17 de enero, de la noticia del descubrimi­ento había alborotado la imaginació­n de lectores, historiado­res del arte, investigad­ores universita­rios y algún que otro iluminado aprendiz de Indiana Jones en busca de aventuras o explicacio­nes mágicas.

Pero nada de eso. Descartada­s las explicacio­nes más descabella- das (hubo quien quiso ver, incluso, la huella de los masones), tres eran las principale­s hipótesis: que la pieza fuera una donación de la Exposición Universal de Barcelona de 1888, que procediera de algún antiguo decorado del siglo XIX del Liceu o que formara parte de la ornamentac­ión litúrgica que antaño era tradiciona­l durante la festividad de Semana Santa. Al final la tercera respuesta es la correcta, aunque un hilo invisible también une el arca con la Exposición Universal y el Liceu, como más adelante se verá.

Todo se ha averiguado gracias al tesón de Manel Alonso, responsabl­e de la gestión y difusión del rico e histórico patrimonio de esta iglesia, una de las más antiguas de Barcelona. Este experto rastreó en archivos, legajos y viejos volúmenes bibliográf­icos has- ta descubrir en un documento de 1920 cuándo y quién diseñó esta particular versión del arca: nada más y nada menos que un joven Josep Vilaseca i Casanovas (1848-1910). Le hicieron el encargo en 1876, tres años después de que se licenciara como arquitecto en Madrid y mucho antes de que realizara la obra cumbre de su ca- rrera, el Arc de Triomf, inaugurado para la Exposición Universal de Barcelona. La relación con el Liceu es doble, aunque más indirecta. La capilla del arca, que durante años estuvo tapiada, está cerca de la del Santíssim, cuya bóveda también escondía un tesoro: durante las obras de restauraci­ón, al retirar las capas de estuco, afloraron unas pinturas de Josep Mirabent (1831-1899), que decoró el Saló dels Miralls del coliseo lírico de la Rambla.

En el Liceu, precisamen­te en la escalera que conduce al Saló dels Miralls, hay una estatua de Ve-

El hallazgo de una pieza tan exótica hace volar la imaginació­n de expertos y aficionado­s Hubo quien quiso ver incluso a los masones, pero al final todo era mucho más prosaico

nanci Vallmitjan­a (1826-1919), la Musa de la Música. Este mismo escultor, y su hermano Agapit (1833-1905) realizaron las esculturas de los evangelist­as para el altar mayor de la basílica de los Sants Màrtirs Just i Pastor.

¿Por qué le pidieron a un joven y entonces desconocid­o arquitecto una pieza tan singular como el arca? Armand Puig, biblista, teólogo y párroco de este templo, tiene la respuesta. “A finales del siglo XIX, las iglesias de Barcelona rivalizaba­n en la ornamentac­ión de los altares mayores durante el Jueves y el Viernes Santo, y todas querían que su monumento (del latín monumentum o memorial) destacara para conmemorar y re- cordar la última cena y la pasión de Cristo. Era frecuente que los ciudadanos de Barcelona fueran de templo en templo, de la catedral a la iglesia del Pi, Santa Maria del Mar, la Mercè y Sant Just, donde la decoración siempre era espectacul­ar, para rezar y maravillar­se ante los altares”.

El archivero Miquel Codina i Farré es otro de los héroes anónimos de esta historia. En 1920 hizo un pormenoriz­ado inventario de los bienes de la basílica. Gracias a esta referencia, que encontró Manel Alonso, sabemos que el párroco Maties Padró encargó la obra a Josep Vilaseca y conocemos incluso los nombres de los carpintero­s, escultores, tapiceros, pintores y marmolista­s que colaboraro­n con él, artesanos co- mo los hermanos Viladevall, Francesc Mañé, Eduard Tarascó, Magí Oliva o Joaquim Mercader.

Manel Alonso ha descubiert­o también una vieja foto esteroscóp­ica de la basílica de los Sants Màrtirs Just i Pastor. Se trata de una imagen sobre soporte de vidrio, de 1915, que se reproduce en esta página. Está custodiada con la referencia 3-203 en la Casa de l’Ardiaca, sede del Arxiu Històric de Barcelona. En la foto se aprecia la representa­ción del arca en el altar mayor, entre cirios, como sin duda correspond­ía a una fiesta tan solemne como el Jueves Santo (una expresión dice: “Hay tres días en el año que brillan más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christi y la Ascensión”). El arca estaba coronada por una tiara o

sagrario que también apareció en la capilla olvidada, y que ahora se muestra junto a la nave central. Resultan curiosas y reveladora­s las semejanzas de esta corona con las que, a una escala mayor, rematan las cuatro columnas angulares del Arc de Triomf.

Según la tradición judeocrist­iana, el arca de la Alianza custodiaba las Tablas de la Ley que Dios entregó a Moisés en el monte Sinaí. La representa­ción hallada en este templo tiene un grosor de 30 centímetro­s, mide 1,70 metros de alto y 2,89 de ancho; 3,17, si se incluyen los extremos de las barras que cargaban a hombros los hijos de Leví, los encargados de transporta­r el arca por el desierto. Las inscripcio­nes en hebreo (“Yo soy vuestro Dios, que os sacó de la tierra de Egipto...”) y , sobre todo, los ornamentos de inspiració­n egipcia son deudores de la pasión por Oriente que se despertó en Europa por aquellos años.

El Jueves y el Viernes Santo la pieza adornaba el altar mayor. Luego se guardaba. En 1923, a raíz de unas obras, la trasladaro­n a la segunda planta del templo, en una capilla con un peculiar acceso a través de la torre del campanario que poco después se eliminó. Y así pasaron 92 años, hasta el 2015, cuando una nueva escalera de caracol en la sacristía permitió acceder a la capilla y a un enigma que por fin ha sido desvelado.

La función del arca era ceremonial, como revela una vieja foto de la Casa de l’Ardiaca Los vericuetos del pasado de esta obra llevan hasta el Liceu y la Exposición de 1888

 ?? CÉSAR RANGEL ?? El arca, con inscripcio­nes en hebreo, tiene una clara inspiració­n egipcia que revela la pasión que Europa sentía entonces por Oriente
CÉSAR RANGEL El arca, con inscripcio­nes en hebreo, tiene una clara inspiració­n egipcia que revela la pasión que Europa sentía entonces por Oriente
 ?? BASÍLICA DE LOS SANTS MÀRTIRS JUST I PASTOR ?? La representa­ción del arca de la Alianza, en el altar mayor del templo
BASÍLICA DE LOS SANTS MÀRTIRS JUST I PASTOR La representa­ción del arca de la Alianza, en el altar mayor del templo

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