Dos comidas con Cruyff
Cruyff lo fue todo en el fútbol porque Cruyff era fútbol. Fue un jugador fantástico y un grandísimo entrenador porque intentó siempre llegar a la victoria con la belleza y mereciéndola.
Como futbolista era fantasía pura. No sólo por el talento que tenía sino por la cantidad de balones que tocaba a lo largo de un partido. Impresionaba que siempre quería tener la pelota, estar en contacto con ella, intervenir en el juego. Por eso, es uno de los más grandes. Porque hacía jugar al equipo como él quería.
Como entrenador, Cruyff revolucionó y nos hizo evolucionar a todos. Él y yo fuimos rivales. Nos enfrentamos en la Supercopa de Europa de 1989 y le gané a doble partido. Pero tiene trampa porque mi Milan estaba en su apogeo y su Barcelona empezando. Lo cierto es que su gran Barça y el gran Milan de los tres holandeses no llegaron a coincidir mucho porque él sustituyó nuestro dominio hasta que Capello lo recu- peró en Atenas. Yo siempre tuve un gran respeto hacia su persona y su trabajo y creo que él también. Así me lo comentó cuando quiso quedar a comer conmigo. Fueron dos comidas para disfrutar. No paramos de hablar de fútbol. Yo quería saber de él y él me respondía con más preguntas. Todo lo que había encima de la mesa, cubiertos, salero, copas, servilletas… le servía para representar ju-
Todo lo que había en la mesa le servía para representar jugadores y jugadas, pero él siempre tenía la pelota
gadores y la pelota. Él, siempre con la pelota.
Una de las comidas fue en Madrid. Él estaba de visita y me llamó. Florentino Pérez nos acompañó. Fue una charla deliciosa. Por eso quisimos repetir otra vez en México. Porque con él nunca dejabas de aprender.
El fútbol pierde mucho, pierde a uno de sus ídolos. Pero él nos ha dejado más. Le debemos tanto.