El streaming enciende la música
La escucha en línea ya crea la mayoría de ingresos de la industria
El streaming suena bien. Va camino de convertirse en la salvación de la industria musical. Mientras las ventas físicas de discos caen en picado con el cierre de tiendas y las descargas legales de canciones llevan años contrayéndose, la reproducción instantánea de canciones en línea está en claro ascenso y es el motor que hace crecer el negocio.
Esta semana la Recording Industry Association of America (RIAA) informó de que por primera vez en la historia el streaming representa la mayor fuente de ingresos de la industria musical en EE.UU. En el 2015 creó unos 2.407 millones de dólares (2.155 millones de euros), lo que representa el 34,3% del total. Es un punto de inflexión que va a marcar la tendencia futura.
El ensayista y musicólogo Norman Lebrecht ya lo explicó en su momento: “Si yo fuera un virtuoso del violín me preguntaría qué sentido tiene firmar hoy con un sello cuando puedo vender más y mejor con Google como distribuidor”. En este caso el distribuidor se encuentra en las plataformas on line Spotify, Apple Music, Tidal, Deezer (y muchas otras) o el portal de vídeos YouTube.
David Muñoz, abogado especializado en la gestión de los derechos de los artistas musicales, explica las razones de este éxito. “Antes, para acceder a la información había que acceder al soporte material. Ahora simplemente hay que desear acce- der. Antes escuchábamos una y otra vez la misma canción en el mismo disco. Ahora damos unos pocos segundos de atención a un contenido, pasando a otro tema si no capta nuestro interés”. En España, Antonio Guisasola, presidente de Promusicae, recuerda que si se compara con el año 2000, la industria ha perdido el 70% de sus in- gresos. Ahora va camino de cerrar el tercer ejercicio en positivo después de crecer en el 2015 un 7%. “Lo peor ha pasado. Este año por primera vez el digital superará a las ventas físicas gracias al streaming”. Esta modalidad ya supone el 40% de los ingresos de toda la industria: más de 64 millones de euros.
El acceso a la música en línea puede ser de pago mediante suscripción o gratuito, con la presencia de anuncios publicitarios. En este caso, la rentabilidad para los artistas todavía es débil. Cary Sherman, presidente de la RIAA, advertía de que “los ingresos para los creadores no siguen el mismo crecimiento que la industria”.
“Los artistas no se hacen ricos pero es una opción necesaria ante el auge de las descargas pirata. Hay que pensar que existe una generación de consumidores de música
CAMBIO DE MODELO Las descargas legales en EE.UU. están en declive a favor de la escucha en las plataformas on line
PUNTO DE INFLEXIÓN El mercado en España lleva dos años creciendo y en el 2016 el digital superará al físico
que no ha pagado nunca en su vida para escuchar algo”, indican desde la plataforma de autoedición Autoeditarte. De hecho, Guisasola dice que este año por primera vez la piratería musical registrará un descenso en España.
Pero Carles Martínez, cofundador del portal Industriamusical.es, cree que pronto o tarde los cantantes superarán sus últimas reticencias. “Hoy las operadores de telecomunicaciones ofrecen más datos para que el usuario escuche música y esto, en perspectiva, es positivo para el streaming”, subraya. Y el balance económico es favorable también para los artistas, porque “gracias a la reproducción instantánea el consumo perdura en el tiempo y genera ingresos de largo plazo. Todo el mundo caerá”, destaca.
Josep Coll, presidente de la firma Red Points, que promueve artistas en internet, explica que ahora con la escucha en línea hay que ir más allá del contenido musical para crear negocio. “YouTube es la única salida. Aquí lo importante es crear entretenimiento y un canal de comunicación con los fans. Así el vídeo se viraliza”.
Como detalle curioso, hay que señalar la segunda vida del vinilo. En EE.UU. el dinero que mueve este soporte todavía es superior al del streaming gratuito. Y en España también crece al ritmo de dos dígitos. Viejos rockeros.