ADIÓS A CRUYFF, CREADOR DEL BARÇA UNIVERSAL
Johan Cruyff, mito del Barça y del fútbol mundial, fallece a los 68 años
ARTÍCULOS DE Joan Josep Pallàs • Sergi Pàmies • Joaquín Luna • Sergi Barjuan • Arrigo Sacchi • Jorge Valdano y carta de los presidentes del FC Barcelona
Es probable que de aquí a unos años, en la sobremesa de una comida entre amigos futboleros, alguien pregunte: ¿Y tú qué estabas haciendo cuando anunciaron la muerte de Johan? Y que a partir de esa pregunta la conversación mejore, se llene de buenos recuerdos, de des- cripciones de imágenes únicas, de jugadas irrepetibles, de victorias imposibles de transistor, de tácticas revolucionarias de color azulgrana y también naranja, de alegría y celebración de los viejos y felices tiempos... Es posible que los que hablen con entusiasmo del gran Cruyff se olviden momentáneamente de sus problemas y hasta del tiempo y que la charla parezca por momentos hacerse eterna, como lo será por siempre la figura del holandés volador, mito del fútbol, leyenda del Barça.
Todo eso llegará, pero ayer la sensación era otra. De gran pérdida. De vacío. No podía ser de otro modo. El fútbol y el Barça se han quedado huérfanos de un gran referente. El balón está de luto, el creador del rondo, su gran protector, ya no está.
La noticia de la muerte de Cruyff a los 68 años llegó ayer poco después de la una y media de la tarde, comunicada por la familia de forma breve y concisa, de la misma forma en que han llevado todo el proceso de la enfermedad desde que fue anunciada, el 19 de noviembre, hasta el fatal desenlace, demasiado veloz incluso para las previsiones más pesimistas. Su última aparición pública se produjo el 2 de marzo en el Circuit de Catalunya para saludar a Max Verstappen, piloto compatriota. Días antes declaró que iba ganando al cáncer por 2-0, un regate que, desgraciadamente, no le salió bien. Quizás sea recordado como el único.“El día 24 de marzo 2016 Johan Cruyff (68) ha fallecido en Barcelona, rodeado de su familia des- pués de una dura lucha contra el cáncer. Os pedimos con gran tristeza que se respete la privacidad de la familia durante su tiempo de duelo”. Las reacciones a la muerte fueron de dimensión planetaria, a la altura de su gran legado.
¿Qué hacía tan especial a Cruyff? Todo. Su trascendencia como jugador ya fue importantísima, empezando por la singularidad de su físico, espigado pero enclenque, y aun así capaz de desplegarse con movimientos de una plasticidad y ele-
gancia nunca vistas, imprevisibles para los defensas de toda una época, perseguidores de una sombra durante años, incapaces de descifrar el secreto de su famoso cambio de ritmo, explosivo, maravilloso.
Debutó en el Ajax, el club de su ciudad, con 17 años y ya dejó un actuación asombrosa y un gol contra el Groningen. Si empezó con buen pie, todo lo que hizo a partir de entonces dejó un sello personal e intransferible, incomparable. Por ejemplo, tres Copas de Europa con el Ajax con él liderando y personificando una manera de jugar revolucionaria, que bebió de las enseñanzas y sabiduría del rumano Stefan Kovacs y de Rinnus Michels como técnicos, responsables de lo que se denominó fútbol total y que él se encargaría de perfeccionar como entrenador, sobre todo en el Barça. Como futbolista ha sido elevado por unanimidad entre los mejores cinco de la historia junto a Di Stéfano, Pelé, Maradona y Messi. El don de Cruyff, seguramente su tesoro más valorado, fue ganar siempre, incluso perdiendo. Cayó Holanda en la final del Mundial del 1974 contra Alemania pero venció su naranja mecánica porque fue su estilo y el de su dorsal 14 quienes se convirtieron en míticos. La forma se convertía en tan importante como el fondo. El cómo se emparentaba con el qué.
Ese de hecho fue también su gran triunfo en el Barça, como jugador pero sobre todo como entrenador. En el Camp Nou su espíritu innovador, vanguardista y desacomplejado despertó un club intimidado política, deportiva y socialmente a mediados de los setenta, necesitado de alguien en quien creer después de la sequía emocional y perdedora que siguió al adiós de Kubala. Como entrenador sacudió a la entidad y la convenció de unos métodos tan transformadores que rozaron la subversión: el juego de pies en el portero, los tres defensas, la figura del cuatro, la posesión del balón por encima de todas las cosas... Con ese manual levantó su dream team la primera Copa de Europa en 1992 en Wembley. Y a partir de entonces reventó un dique anímico. El club azulgrana se persuadió a sí mismo de que todo debería gravitar siem- pre alrededor de una idea, un modelo. El testigo fue recogido triunfalmente por discípulos como Frank Rijkaard, Pep Guardiola (su gran descubrimiento a todos los niveles) y hoy en día son reconocibles aún muchos de sus rasgos en el grupo de Luis Enrique. El tópico es cierto: hay un antes y un después de la llegada de Cruyff, el hombre del 0-5 en el Bernabeu y del 5-0 en el Camp Nou, aquel que dejó el tabaco a la fuerza y lo anunció chutando un paquete de cigarrillos en un anuncio tan icónico como toda su carrera.
Creador involuntario de una corriente denominada cruyffismo, a veces controvertida por exceso de celo, es posible que hoy todo el barcelonismo se sienta un poco cruyffista. Habrá manera de demostrarlo. Desde este sábado (10 h) hasta el martes se habilitará un espacio en su memoria en el Camp Nou para que socios y aficionados puedan mostrar su afecto. Y el día 2 en el clásico habrá mosaico alegórico. Vienen días de “gallina de piel”.
Un comunicado breve y conciso dio la noticia de la muerte “tras una dura lucha contra el cáncer” Como jugador personificó y desplegó el fútbol total, como técnico lo elevó y perfeccionó en el Barça Este sábado el Camp Nou abrirá las puertas para que los aficionados empiecen a honrar su memoria