Siempre estaré en deuda con él
Cuando me convocó y dijo que jugaba, todo me temblaba, pero él me tranquilizó: “Haz lo que haces en el Barça B”
Le debo muchísimo a Cruyff. Él me revolucionó la vida al apostar por mí. Siempre estaré en deuda con él. Recuerdo cuando me subió al primer equipo y me convocó para jugar contra el Galatasaray. No esperaba jugar aquel partido y entonces me dijo que yo jugaría. Me temblaban las piernas. Me temblaba todo. Salimos a calentar y vino a hablar conmigo y me dijo: “Juega y haz lo que sabes, lo mismo que haces en el Barça B. Todo va a ir bien”. Me tranquilizó mucho. En el vestuario Johan tenía sus reglas y sus normas, tenía muy claro cómo había que organizar y dominar un vestuario. Tenía mucha autoridad dentro de la plantilla y también en ese momento el papel de los entrenadores era distinto al de hoy en día. Con él siempre aprendías algo nuevo y no sólo de fútbol o de deporte en general, sino cosas que puedes aplicar en tu vida diaria. Él puso la semilla de todo lo que ha venido después en el Barcelona. Él sembró y ganó muchas cosas como entrenador, pero con su semilla se han ganado después muchas más cosas. Quizás entonces no recogió todo lo que sembró, si bien los premios para la entidad han venido más luego, con el paso de los años y las generaciones. Los demás recogieron su testigo para hacer un Barça triunfador. Cambió la mentalidad del club, hizo que todos los equipos del club jugasen de la misma manera, contagió un optimismo que hoy es el que reina en el barcelonismo. Apostó a tope por la cantera. Era un visionario, un adelantado a su tiempo, veía el fútbol antes que los demás. Nunca le podré devolver todo lo que me ha dado. Lo único que puedo hacer en los equipos que he entrenado o que puedo entrenar es intentar aplicar los conceptos que él nos enseñó.