El orgullo de ser del Barça
La felicidad no se mide por los títulos logrados, sino por el camino elegido para optar a ellos
Qué queremos de nuestro equipo? ¿Resultados por encima de todo? Si es eso, entonces hazte del Chelsea. Del Chelsea y de otros equipos –o selecciones, tipo Grecia en la Eurocopa– que se agarran a aquello de que el fin justifica siempre los medios.
Hay dos maneras de entender el fútbol. Una es la de primar el resultado. Me da igual cómo juegue mientras gane. La otra forma de entender el fútbol prima la calidad futbolística. Yo siempre defenderé este segundo camino. Si juegas bien, tienes más posibilidades de ganar. Y más posibilidades no significa que vayas a vencer siempre. El grado de felicidad no se mide por el número de títulos conquistados, sino por el camino que has elegido para optar a ellos. Si has estado toda la temporada arriba, peleando por ser el mejor e intentando jugar más atracti- vo que nadie, tu orgullo estará saciado. Después puedes ganar o perder, pero de lo que se trata es de sentirte orgulloso de los tuyos. (…)
No sé qué debieron pensar los componentes de Brasil en el Mundial-82, por citar a unos que no ganaron el campeonato, pero daba gusto verlos jugar. (...) Nosotros tampoco ga- namos el Mundial del 74, pero seguro que los buenos aficionados recuerdan más nombres de jugadores de la naranja
mecánica que de muchos campeones del mundo. No estamos hablando de estadísticas, no estamos hablando de ganar. Hablamos de jugar a fútbol.
No hay dos clubs de fútbol iguales. Los habrá más o menos parecidos, pero cada uno tiene sus cosas que le hacen diferente. Es lo que yo llamo la filosofía de cada club, que va en función de lo que quieren los tuyos. La filosofía del Barcelona es la de intentar jugar bien, intentar ganar siempre por esta vía e intentar ser señor. (…) Cada club tiene su misión, y esta va en la línea de lo que quieren sus seguidores. Y cuando sabes lo que desean los tuyos –primero, disfrutar, luego, ya veremos si ganamos– no puede haber debate posible.
Si no le das a tu gente lo que quiere, aquí dejan de ir al campo. Así de simple. En Italia ves mucha grada vacía y nadie se alarma. Cuestión de historia, de mentalidad y de primar el resultado por encima de todo lo demás. Pero el Barça es distinto. Por eso es tan difícil dar con un entrenador que responda a la filosofía de este club. (…) En este club no se puede meter a cualquiera. Porque cualquiera no funcionaría.
La felicidad no se mide por los títulos logrados, sino por el camino elegido para optar a ellos