Los Stones, al rescate emocional de Cuba
El histórico concierto de la banda en La Habana será la mayor catarsis generacional vivida en la isla desde la revolución
Es posible que Emotional rescue no suene esta noche de viernes en la Ciudad Deportiva de La Habana, cuando la banda más longeva y emblemática del rock and roll irrumpa en el escenario ante cientos de miles de cubanos. Su repertorio de canciones es un enigma. Aun así, el concierto de los Rolling Stones será la mayor ceremonia colectiva de rescate emotivo vivida en la isla desde el triunfo de la revolución, en 1959.
“Va a ser una catarsis generacional; la energía que moverán es telúrica. Sé que voy a llorar”, confiesa Enrique Carballea, productor de figuras puntales de la música en Cuba. A sus 59 años, se define como un “sobreviviente del quinquenio gris”, la etapa más dura de control político sobre la producción cultural, impuesto por el régimen castrista en la primera mitad de la década de los setenta. Carballea es la memoria andante de esos tiempos en que el “diversionismo ideológico” era el pretexto para censurar a todas aquellas voces creativas que se apartaban de la línea oficial, entre ellas las del rock. Una época en la que imperaba la prohibición tácita de cantar en inglés y los medios de comunicación oficiales vetaban cualquier obra musical producida en el idioma del ‘imperio’. “En esos días, los cubanos escu- chábamos rock con radios de onda corta, de madrugada, escondidos bajo la colcha. ¡Habría que hacer un monumento a la WQAM, que emitía desde Miami! Así conocimos a los grandes grupos y fuimos creando nuestra propia banda sonora”, recuerda Carballea, que en 1966 se hizo con Aftermath, su primer disco de los Rolling Stones. Se lo compró a un marinero que llegó desde Japón al puerto de La Habana, a cambio de tres paquetes de cigarrillos cubanos. Su generación también accedía al rock copiando vinilos clandestinos, que eran prensados sobre un material plástico entre placas de aluminio. Luego llegarían los cassettes y más tarde los nuevos formatos digitales, acompañando el progresivo ablandamiento de la censura. Hoy, Con sólo 35 años, no vivió los años oscuros de la censura y admite que la fuerza simbólica del concierto es enorme, ahora que se abren en la isla resquicios para la apertura. “Permitirá a muchos, entre ellos a mi madre, saldar deudas con su memoria afectiva”, reflexiona desde el edificio del periódico, ubicado a pocos metros de la Plaza de la Revolución. Sus palabras, no obstante, tienen cierto deje de reproche hacia la banda de Mick Jagger: “Es muy
“Permitirá a muchos, entre ellos a mi madre, saldar deudas con su memoria afectiva”, dice un crítico de música
bueno que vengan ahora, pero podrían haber venido hace diez o veinte años”.
Oficialmente rehabilitado en el año 2.000 –cuando Fidel Castro inauguró una estatua de John Lennon en un parque del barrio habanero de El Vedado que ahora lleva el nombre del beatle más rebelde–, el rock and roll de los abuelos no suele alimentar las playlists en los móviles de los adolescentes cubanos. Muchos ni siquiera han oído jamás un tema de la banda, pero irán al concierto, que es gratuito, ávidos por asistir a cualquier experiencia musical en directo. Así lo harán los dos chicos de apenas 16 años que observan en su teléfono un clip a todo volumen del rapero gringo Wiz Khalifa, mientras viajan en un bus. “Son unos viejos, pero hay que ir. Aquí en Cuba casi no llegan grupos de fuera”, aseguran ambos.
Ellos, sus padres y sus abuelos vibrarán al son de una de las máquinas de música más potentes de la historia del rock and roll. “Estamos muy felices de tocar para ustedes. Hemos tocado en muchos lugares increíbles, pero este concierto en La Habana será histórico para nosotros. Esperamos que lo sea para ustedes también”, les dijo ayer dijo a todos Jagger, en un mensaje de video lanzado por internet.