Guerras olvidadas
Perdida en un confín de la antigua URSS, la región de Nagorno-Karabaj ha regresado al foco internacional debido a los choques de los últimos días, que han servido para que Turquía y Rusia exterioricen sus tensiones e intereses enfrentados.
Rusia y Turquía no luchan militarmente en el conflicto de NagornoKarabaj, que despertó el pasado fin de semana con los mayores enfrentamientos desde el alto el fuego de 1994. Sin embargo, los gobiernos de Moscú y Ankara también tienen intereses encontrados. En un discurso televisado el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, aseguró ayer que el Alto Karabaj “volverá algún día” a Azerbaiyán, su “propietario original”.
El líder turco ha multiplicado sus mensajes de apoyo a Azerbaiyán tras la escalada de la violencia que comenzó el viernes y que ha dejado al menos 33 muertos y varios centenares de heridos en ambos campos.
Rusia ha apoyado tradicionalmente a Armenia, pero durante esta crisis está llamando a la calma. “Espero que nuestros llamamientos sean oídos”, dijo ayer el canciller ruso, Serguéi Lavrov.
Las informaciones de la partes en conflicto han sido contradictorias desde el primer momento. Se acusan mutuamente de iniciar esta escalada y cada una intenta hacer ver que lleva la iniciativa.
El Ministerio de Defensa de Azerbaiyán aseguró ayer que sus tropas habían destruido el cuartel general del ejército armenio en Nagorno-Karabaj, y han matado a va- rios generales. El portavoz de Defensa de Nagorno-Karabaj, Artsrun Ovanisián, calificó lo anterior de propaganda y aseguró que sus tropas y las armenias habían destruido tres aviones no pilotados y cinco tanques.
Nagorno-Karabaj es uno de los conflictos congelados del espacio postsoviético. En 1988 la mayoría de su población, de etnia armenia, pidió que se revisara su pertenencia a la Azerbaiyán soviética. Ahí comenzó un conflicto étnico que se convirtió en guerra en 1991, cuando declaró su independencia. El conflicto causó 30.000 muertos y un millón de refugiados, y duró hasta 1994. Luego se creó el Grupo de Minsk, con participación de Rusia, Francia y Estados Unidos. Hoy las negociaciones están estancadas.
El rebrote de la violencia coincide con las peores relaciones entre Rusia y Turquía, después de que un avión ruso Su-24 fuera derribado por cazas turcos el pasado noviembre en Siria. El experto en temas militares Pável Felgenhauer ha dicho en Eco de Moscú que “puede haber un gran conflicto regional con la participación de Rusia y Turquía”.
En la última semana, Ankara ha enviado señales de querer arreglar sus relaciones con Moscú. Pero “a Azerbaiyán no le interesa que termine esa tensión”, ha dicho el politólogo Víktor Nadein-Raievski al electrónico Gazeta.ru para explicar la ofensiva azerí.