Juego de espejos
Federico Axat se revela con ‘La última salida’ como el último maestro del engaño
De profesión ingeniero, Federico Axat ha construido en La última salida una compleja maquinaria de sorpresas y engaños con el objetivo de sorprender al lector en cada página de este thriller donde nada es lo que parece.
Ted McKay, un adinerado empresario, está en su despacho a punto de volarse los sesos con una Browning cuando de repente alguien se pone a llamar a su puerta con mucha insistencia, cuando de repente se encuentra una nota sobre su mesa que le dice que no lo haga, cuando de repente un desconocido le propone suspender su suicidio a cambio de cometer un asesinato… matar a un desconocido a cambio de que luego otro desconocido le mate a él. “Será lo mejor para su mujer y sus hijas. Las niñas nunca se recuperarán del suicidio de su padre, pero si le matan será diferente…”.
De este modo arranca La última salida, la última novela del argentino Federico Axat, el último lanzamiento en catalán y castellano de Destino, la última revisión del thriller psicológico llamado a reventar las listas de los libros más vendidos. Una vez más nada es lo que parece. Todos ocultan algo, los amigos también… Cada capítulo es una nueva vuelta de tuerca que abre una nueva incógnita, que echa por tierra las pocas certezas que guiaban al maltrecho protagonista, que guiaban a sus lectores… “Yo lo veo como una partida de ajedrez con el lector”, ex- plicó Axat hace unos pocos días en un hotel de Barcelona. Sí, la fórmula es clara. El autor no pretende otra cosa que jugar con sus lectores. Y a cada rato te quedas un momento con la boca abierta. Porque Axat es un maestro del engaño, un meticuloso ingeniero que cuida cada ladrillo, que no permite que en su trama abra ni una grieta.
A pesar de que su éxito es relativamente reciente, Axat lleva toda su vida escribiendo, perfeccionando su técnica, forjándose en un duro oficio. Y además es ingeniero civil. Su profesión consiste en levantar estructuras descomunales, que nada se derrumbe. Hablamos de puentes, oleoductos, autopistas… “De cargas y de presiones. De equilibrios… Supongo que mi profesión influye en mi manera de escribir”, dice Axat. Si todo se redujera a seguir una buena receta, un servidor ya sería multimillonario; si todo fuera tan sencillo, este cronista ya se codearía con Leonardo DiCaprio.
“Un buen thriller es como un laberinto de espejos. Si corres hacia la salida te darás un golpe”. Axat se dio a conocer en el 2010 con Benjamín. Siempre escribió por pura diversión. Todo ocurrió de la noche a la mañana. Tres años después publicó El pantano de las mariposas en Alemania, Francia, Brasil y China. Los derechos de traducción de La última salida ya fueron vendidos a 26 editoriales. Esta es la primera novela que publica en su país. “Es mi trabajo más complejo, mi novela mejor articulada. Es complicado hablar de ella sin destriparla. Mi principal objetivo es entretener”. Proporcionar un sólido entretenimiento. “Ahí está su valor”.
No esperen una gran revelación, siquiera una revelación, ni un trasfondo crítico sobre esta extraña época. La última salida es un juego. Cojan unas cuantas gotas de Hitchcock, el atrevimiento de Jules Verne, los engaños de El misterio del cuarto amarillo, algunos personajes de Stephen King, la atmosfera del film Shutter Island, los guiones de las películas de Cristopher Nolan, The game, unos cuantos episodios de Perdidos… Y no podrán parar de leer.
La última salida se devora a toda velocidad. Un gran estudio de Hollywood prepara ya su adaptación cinematográfica. Leonardo DiCaprio, que aparece en Google antes que su tocayo Da Vinci, que en Shutter Island resultó de lo más perturbador, quedaría de fábula en el papel de Ted McKay.
El autor da otra vuelta de tuerca a las inquietantes historias en que nadie cree al protagonista