Rufián: entre cantante y torero
Cuando el conseller de Salut, Toni Comín, conoció a Gabriel Rufián lo tuvo claro: “Ese era el hombre que Catalunya necesitaba”. Un chico normal, de clase popular, criado en Santa Coloma de Gramenet, de orígenes andaluces, independentista y en cierto modo temerario. “Lo veo como una mezcla de cantante flamenco y torero, el torero que planta cara a la España facha, ¡olé!”, resumió Comín ayer durante la presentación del libro Gabriel Rufián, un polític inesperat (Angle Editorial), escrito por el periodista Maiol Roger.
La obra recorre la breve pero in- tensa trayectoria política del diputado de ERC en el Congreso, sus orígenes y perfil ideológico. “Él es independentista porque es de izquierdas, sin independencia no hay progreso social”, repetía Comín, quien ya ha vinculado la ruptura con el Estado español con diversas mejoras, como por ejemplo la reducción de las listas de espera.
El conseller, cuyo discurso ocupó gran parte del acto, destacó dos grandes virtudes de su amigo. Primero, esa capacidad para “cabrear a la España facha, porque la derecha más derecha de todas está en España”. Segundo, su “defensa de la clase trabajadora”, porque el independentismo “está al servicio de los precarios de Catalunya”. Ese es Gabriel Rufián, “el torero de la política catalana”, repitió. Aquí, la treintena de personas que se acercaron a la Casa del Llibre para ver a la estrella de ERC aplaudía con entusiasmo.
“Yo al único cantante-torero que conozco es a Miguel Poveda”, contestó divertido Rufián, que por cierto, guarda un gran parecido físico con el cantaor de Badalona. El diputado apeló de nuevo a sus orígenes para reivindicarse: “Soy de Santa Coloma, de padres andaluces, si alguien considera extraordinario que alguien humilde como yo ocupe un sillón en el Congreso de los diputados, esa es su derrota”.
La república catalana es su sueño y en el camino, dijo, se interpone un enemigo al cual hay que batir. No se trata de esa derecha recalcitrante de la que tanto hablaban. Los verdaderos enemigos del proceso son “Podemos y En Comú Podem, a estos hay que decirles que no se puede”, zanjó Rufián. Tras los parlamentos, llegó la hora de firmar libros. Pero deprisa. Comín y Rufián debían marcharse al acto del programa Polònia, donde les esperaban sus dobles.