Las listas de espera en la sanidad
MÁS de 320.000 catalanes esperan desde hace un año o más la convocatoria del especialista de la sanidad pública para ser diagnosticados de la enfermedad que sufren. Este dato, correspondiente al pasado 31 de diciembre y aportado ayer por el conseller de Salut, Toni Comín, revela la extrema gravedad en que se halla el servicio debido a los recortes financieros que han obligado a la reducción de personal y de instalaciones.
Las listas de espera en la sanidad pública constituyen uno de los elementos más nocivos para el usuario y su reducción ha sido uno de los empeños de las autoridades desde siempre. Según los datos proporcionados, traumatología es el servicio con mayor número de pacientes a la espera, más de 86.000, seguido de oftalmología y cardiología. Otras 120.000 personas están a la espera de una intervención quirúrgica, y son las cataratas y las prótesis de rodilla y de cadera las que cuentan con una mayor demora.
Lógicamente, la espera en la prestación del servicio médico requerido provoca incertidumbre y mucha ansiedad en los pacientes, que se ven obligados a esperar varios meses para conocer el alcance del diagnóstico y la realidad de la enfermedad a la que se enfrentan. Aunque el problema viene de lejos, la crisis y sus conse- cuencias han agravado la cuestión. Por una parte, por los recortes realizados y, por otra, porque muchas familias se han visto obligadas a renunciar al servicio privado de mutuas debido a su precaria situación económica; unas mutuas que hacían las veces de aliviadero del sistema. Todo ello, en definitiva, ha puesto más presión sobre los servicios públicos sanitarios. El resultado es que, por ejemplo, en pruebas diagnósticas las listas de espera han aumentado un 14,7% en los dos últimos años, y son las resonancias magnéticas las que sufren un mayor retraso.
El objetivo del departamento es reducir de forma inmediata –de aquí al mes de julio– un 10% las listas de espera en la sanidad pública con un plan que requiere 96 millones de euros y que, según el conseller, sólo será posible si se aprueban los nuevos presupuestos. Hace menos de un mes, el mismo titular de Salut cifró en 1.000 millones de euros la cantidad necesaria para resolver en su totalidad el problema al permitir una dotación adecuada de personal médico, instalaciones y material. El plan presentado ayer, pues, es sólo un remedio para los casos más urgentes y que provocan mayor ansiedad en el usuario. En todo caso, la radiografía del CatSalut entregada ayer confirma que nos enfrentamos a una cuestión vital para todos los catalanes.