Vitaminas Piqué
El central espanta las dudas tras el clásico y proyecta optimismo y confianza en un equipo “capaz de volver a ganarlo todo”
APiqué le da igual un micro que una pelota. Es complicado discernir si disfruta más en la sala de prensa repartiendo titulares con generosidad y naturalidad o en el terreno de juego ordenando la retaguardia blaugrana. Culé inveterado, quedó abatido por la derrota en el clásico, pero ayer ya repartía optimismo y confianza en un equipo que, según reiteró, está dispuesto a todo por reeditar el triplete.
“El partido del sábado está olvidado”, proclama, convertido en portavoz de la última generación del barcelonismo, la que se ha habituado al triunfo y no se derrumba con una bofetada concreta: “Por una derrota no cambia nada. Mira que los culés tendemos a ser negativos, pero llevamos una época en la que a cualquier culé, vas por la calle y le preguntas si quiere volver a jugar contra el Madrid y te dirá que sí. Creo que tenemos que estar muy confiados en nosotros mismos y en todo lo que hemos llegado a hacer. Cuando llegó Cruyff, el Barça ganando al Real Madrid salvaba las temporadas, era nuestro gran logro. Ahora, en el 2016, queda claro que los papeles han cambiado”. Una referencia evidente a la fotografía que la plantilla blanca, eufórica por el triunfo, se hizo en el vestuario del Camp Nou.
De la misma manera que Iniesta distribuye de manera altruista las pastillas contra el dolor ajeno de Médicos sin Fronteras, Piqué reparte vitaminas contra el pesimismo blaugrana: “No tengo ninguna duda. Estoy convencidísimo de que la Liga la ganaremos y de que haremos todo por ganar la Champions y la final de la Copa. Tenemos un equipazo. Más confianza que nosotros mismos no la tiene nadie. Miras al equipo en el terreno de juego, ves de quien estás rodeado y sientes que nadie nos puede batir”. Según el central, ni el Barça necesitaba un toque de atención como el del sábado, ni ha quedado afectado anímicamente, ni tiene carencias en el aspecto físico.
“En el vestuario hay unas ganas locas de jugar”, aseguró, pero las sensaciones no le hacen perder de vista la realidad: el rival es atroz. “No nos asusta el Atlético, pero está haciendo una temporada espectacular. Ahora es el segundo equipo de España, como demuestra la Liga, y será más difícil que el Madrid. Te va a complicar muchísimo más”. Ante el potencial rojiblanco, Piqué anuncia “el Barça de las grandes noches, con ganas de demostrar por qué lo hemos ganado todo y queremos volverlo a hacer”. “Iremos a por todas desde el primer minuto, teniendo la pelota, mucha posesión y ahogándolos futbolísticamente hablando”.
Si existe alguna incógnita sobre el estado de forma de los atacantes, decepcionantes en el clásico, Piqué la despejó: “Están a otro nivel. Es otro mundo. Parece que no están y te la cogen y la meten dentro. Me preocupa cero. Más confianza que en ellos no existe en nadie”. Y si alguien teme sobre el futuro de Neymar – L’Équipe publica que el PSG está dispuesto a pagar una fortuna por él–, que no lo dude: “Va, me voy a mojar. Neymar no se va a mover del Barça, estoy convencido. Le conozco y sé que no se va a ir. Punto”.
En la sala de prensa, como en el campo, Gerard Piqué no tira balones fuera. Pero dejó un enigma. ¿Por qué no hizo un Periscope tras la derrota? “No lo hice porque ya estaba planificado aunque hubiéramos ganado y yo metido un gol. El martes (hoy) tampoco habrá, ya veréis por qué, porque va a haber un cambio de planes”. Un maestro de la intriga.