ADN rojiblanco
Fernando Torres vuelve al escenario de su gol de club más emblemático
Fernando Torres vuelve al que fuera su estadio fetiche hace una década, ante un rival al que ha marcado diez goles en catorce partidos, aunque el único que logró con una camiseta que no fuera la rojiblanca (la azul del Chelsea), fue el más importante, pues supuso la confirmación de la eliminación del Barcelona de la semifinal de una Champions que acabaría en las vitrinas de Stamford Bridge, la única que alberga Londres. El gol en el Camp Nou quedó con letras de oro en la trayectoria del delantero de Fuenlabrada, sólo por detrás del de la roja en Viena en el Europeo con el que España le ganó la final a Alemania en junio del 2008.
Y hoy, cerca de cumplirse los quince años del debut de Fernando Torres con el Atlético (el 27 de mayo del 2001) en un partido de Segunda División en el Vicente Calderón contra el Leganés, el cuadro colchonero saltará esta noche al Camp Nou con el Niño y diez jugadores más, como dejó caer Diego Pablo Simeone en la rueda de prensa del sábado, después de arrasar al Betis y quitar a Torres a falta de media hora para darle descanso.
A pesar de estar viviendo probablemente sus últimos meses como rojiblanco, no hay mayor conexión emocional entre la hinchada y su plantilla que con Fernando Torres, junto a Luis Aragonés y el propio Cholo los tres mayores ídolos en la historia del club del Manzanares.
“Muchas veces me he preguntado qué he hecho para merecer que me quieran tanto en esta casa”, comentó el día de su regreso, el 12 de enero del 2015. Mucha agua había corrido desde que el Atlético lo traspasara al Liverpool en el 2007 por 36 millones de euros. “Necesitaba irme para crecer y el club necesitaba el dinero de mi traspaso”, se justificó el delantero.
Torres acertó. Aquel Atlético era otro, un equipo fuera de las competiciones eu- ropeas y que todavía trataba de digerir sus dos temporadas en Segunda. Tras cuatro años y medio en Anfield y otros tres y medio en Stamford Bridge, Torres recaló en un decadente Milan en la temporada 2014-15, un equipo que apenas le dio oportunidades. El Cholo lo reclamó en invierno, disgustado por el rendimiento de Mandzukic, dispuesto a comprobar si el Niño guardaba la punta de velocidad que le hiciera emular a Diego Costa. Ya en su recibimiento el Cholo le puso las cosas claras: “Fuera del vestuario serás un ídolo, dentro uno más. Con el profe Ortega (el ya legendario preparador físico del Atlético) el esfuerzo no se negocia”. En su primer entrenamiento en El Cerro del Espino una nube de niños esperaba a Torres. Uno se separó de los demás y delante de las cámaras de televisión le gritó: “Por favor, Fernando, mete dos goles al Madrid y elimínalos de la Copa”. La ronda copera era los octavos de final. Torres nunca había ganado al Madrid salvo en un bolo navideño en el que con los blancos jugó el torero Enrique Ponce y con los atléticos el diestro José Tomás. Su etapa de esplendor coincidió con los 14 años de supremacía blanca en los derbis (de 1999 al 2013). En la ida el Atlético se impuso 2-0, con goles de Raúl García y Giménez. Torres sólo jugó la última media hora. En la vuelta, en un Bernabeu abarrotado, el Niño fue titular. Marcó en el minuto 2 de la primera parte y en el 1 de la segunda. El Atlético empató (2-2) y eliminó al Madrid. Luego, el Niño confesaría que fueron sus dos goles más importantes en España desde aquel 24 de abril del 2012, cuando en el minuto 91 y sobre la línea divisoria del Camp Nou cazó un pelotazo de su defensa y a la carrera se plantó ante Valdés para batirle y meter al Chelsea en la final. Hoy tratará de reverdecer aquellos viejos laureles.
EL GOLEADOR Torres ha marcado diez goles al Barcelona, nueve con el Atlético, en catorce partidos