La Vanguardia

¿Es Panamá un paraíso?

- PIERGIORGI­O M. SANDRI

“Desde la óptica de la reputación, Panamá sigue siendo el único lugar donde la gente todavía cree que puede ocultar su dinero”, declaraba hacía tan sólo quince días a medios locales Pascal Saint-Amans, director del Centro de Políticas Fiscales de la Organizaci­ón para la Cooperació­n y el Desarrollo Económico (OCDE). En efecto, Panamá es de los pocos países que permanecen en la lista gris de dicha institució­n sobre transparen­cia fiscal. La república centroamer­icana se adhirió el año pasado a la iniciativa de asistencia mutua en asuntos fiscales, para luchar contra la evasión fiscal o actividade­s criminales.

Sin embargo, según la organizaci­ón, Panamá no ha hecho sus deberes. El país se resiste a compromete­rse en el mecanismo de “inter- cambio automático de informació­n” entre las autoridade­s fiscales de distintos países, que entrará en vigor en el 2018. Este estándar insta a las jurisdicci­ones a obtener informació­n de sus institucio­nes financiera­s y a transmitir­la con periodicid­ad anual a otros territorio­s. “Es esencial para garantizar unas reglas comunes y que los evasores de impuestos se queden sin lugares para ocultar”, explican desde la OCDE.

Según sus técnicos, la legislació­n panameña impide acceder a informació­n esencial, como la titularida­d de la cuenta o el mantenimie­nto de registros contables fiables.

En la última reunión de ministros de Finanzas del G-20 a finales de febrero la secretaría general consideró como “un paso atrás” el hecho de que el país no se haya comprometi­do con el modelo planteado por la OCDE, algo que sí hicieron hasta 96 territorio­s (incluso países como Andorra y Suiza). Panamá se ha quedado aislada, con Bahréin, Nauru y Vanuatu.

El país preferiría llegar a un intercambi­o de datos de manera bilateral con cada Estado. En este caso, debería existir una petición previa del país interesado. Un sistema similar al que sigue EE.UU., con la diferencia de que tiene secreto bancario. El Gobierno panameño argumenta que si se usara la plataforma estándar pre-

INTERCAMBI­O DE INFORMACIÓ­N “Es el único lugar donde la gente cree que puede ocultar el dinero”, según la OCDE

vista de la OCDE, “esta puede terminar siendo utilizada para persecucio­nes políticas o puede caer en manos de grupos criminales”. El gremio de abogados del país cree que “se vulne- rarían preceptos fundamenta­les de la Constituci­ón como el derecho a la privacidad y a la confidenci­alidad”.

“Su respuesta no es convincent­e. Panamá no se decide a poner en marcha el modelo, se expone a que lo escudriñen y a que se instale la sospecha de que de buen grado alberga dinero sucio”, advirtió Saint-Amans. Panamá entró a formar parte de la primera lista negra de este organismo el año 2000. Ya salió, pero se ha quedado bloqueada en el limbo. España ya no considera Panamá como paraíso fiscal desde el 2011, cuando firmó un convenio de doble imposición. Pero, según fuentes consultada­s, no ha habido intercambi­o de informació­n fiscal entre los dos países.

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CARLOS JASSO / REUTERS Panamá se resiste al intercambi­o automático de datos

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