La Vanguardia

La cita entre Sánchez y Junqueras tensa al PSOE y al Govern

Puigdemont no sabía nada de la reunión y el líder socialista niega que tratara de su investidur­a

- ISABEL GARCIA PAGAN JUAN CARLOS MERINO

La revelación, en 8tv, del encuentro secreto entre Pedro Sánchez y Oriol Junqueras en Barcelona puso nerviosos a dirigentes del PSOE e incomodó a Puigdemont, que no había sido informado por su vicepresid­ente.

Junts pel Sí pero no tanto. Y mucho menos revueltos. La reunión secreta que mantuviero­n el 15 de marzo Pedro Sánchez y Oriol Junqueras rompió ayer la tensa calma en la que navega el Govern de la Generalita­t y despertó viejos fantasmas entre CDC y ERC. También en el PSOE. La cita, hecha pública la víspera de la reunión clave para la investidur­a, volvió a agitar las aguas socialista­s con fuertes corrientes desde el sur. Las consecuenc­ias prácticas de la reunión son nulas pero los daños colaterale­s están por evaluar.

El president conoció la reunión el martes por la noche por la prensa. La noticia de 8tv llegó con el gol de Diego Torres al FC Barcelona y con Puigdemont en el Camp Nou. Al primer mensaje del president al líder de ERC preguntand­o por la informació­n le siguió una llamada nocturna del vicepresid­ente. La conversaci­ón fue correcta pero el president no está contento, a pesar de que la imagen de ayer en el Parlament buscara serenar la situación. ¿Habrá un antes y un después? “Ahora el nivel de confianza depende de Junqueras”, sostienen en el Palau de la Generalita­t. Puigdemont asegura que no tiene inconvenie­nte alguno con que Junqueras se reúna con quien quiera como líder de ERC, el problema es que no le informara. “Un desastre”, se lamentan en su equipo.

Puigdemont y Junqueras habían dado carpetazo a los conflictos del líder de ERC con Artur Mas y fijado mecanismos de coordinaci­ón regulares para evitar desajustes en el gobierno de coalición. Las reuniones de los martes tras la reunión del Consell Executiu sólo se la han saltado una vez. Precisamen­te el 15 de marzo, el día que Pedro Sánchez se reunió con Puigdemont, y después con Junqueras…

La agenda del presidente de la Generalita­t se alimenta con un go- teo de contactos de carácter institucio­nal en los que la apuesta independen­tista supone un muro infranquea­ble, mientras que el vicepresid­ente juega a dos bandas. Su cometido en el Govern como conseller de Economia le convierte en interlocut­or natural de los ministerio­s de Hacienda y Economía; su relación personal con el ministro de Asuntos Exteriores le ofrece otro contacto directo en el Ejecutivo en funciones del PP; pero aprovecha la presidenci­a de ERC para alimentar la estrategia de su partido y llegar más allá de los tentáculos del Palau de la Generalita­t. Sólo se le resiste Albert Rivera. Las espadas vuelven a estar en alto entre CDC y ERC. Los convergent­es volvieron ayer al “son como son” para criticar a los republican­os y los republican­os sólo admiten que “quizás” hubiera sido convenient­e informar al president para evitar malentendi­dos, pero “sin pedir permiso” y una vez transcurri­da la reunión. “Es nuestra obligación hablar con todos”, se justificó en el Parlament. “Hablamos siempre con todo el mundo y en todos los formatos posibles, sólo faltaría; lo hemos hecho, lo hacemos y lo haremos”. El equipo de Junqueras se es- forzaba ayer por situar dentro de la “normalidad” política la actuación del vicepresid­ente y se subrayaba que el proyecto independen­tista se debe desarrolla­r de forma civilizada, lo que implica dialogar y negociar. Se trata, insisten de “hacer cosas, no de decir que las haremos”.

Fuentes de la formación republican­a explican que la reunión fue propiciada por el entorno socialista y se aceptó a pesar de ser consciente de que “no hay acuerdos posibles”. En el PSOE, aseguran que fue cosa de Junqueras. La única posibilida­d

LA SORPRESA DEL PRESIDEN T Puigdemont se enteró por la prensa y pidió explicacio­nes a su vicepresid­ente

VUELTA AL PASADO CDC y ERC reactivan la desconfian­za enterrada tras el adiós de Artur Mas

de que ERC se abstenga en un debate de investidur­a es que Sánchez cierre un acuerdo con Podemos e Izquierda Unida.

Que se desvelara el encuentro “discreto, que no secreto” también incomodó al líder del PSOE y le complicó la jornada. Y ello pese a que en su entorno trataron de quitar hierro a la cita alegando que a diario mantiene “conversaci­ones discretas con muchos líderes”, a las que no se da publicidad. El propio Sánchez, viendo el vuelo que ayer tomaba la noticia –hasta el PP aprovechó para echarle en cara

EL ARGUMENTO DESÁNCHE Z “Somos dos políticos que no nos conocíamos y nos conocimos”

la reunión en el pleno del Congreso–, quiso salir al paso para intentar zanjar algunas interpreta­ciones políticas que ya se habían disparado entre algunos dirigentes críticos del PSOE. Y desmintió “taxativame­nte”, según pudo saber La Vanguardia, que en la cita con Junqueras hablaran nada de su investidur­a. “Es importante que se dé nor- malidad a conversaci­ones entre dos dirigentes de dos formacione­s políticas distintas”, afirmó después el líder del PSOE en los pasillos del Congreso.

“Somos dos políticos que no nos conocíamos y nos conocimos”, justificó. Y en su equipo aseguraron que ambos dirigentes hablaron de “la situación política general”, en Catalunya y España. También de cuestiones concretas como la financiaci­ón autonómica o las infraestru­cturas en Catalunya, entre otros aspectos sobre los que Sánchez cree imprescind­ible reanudar el diálogo en caso de que logre llegar a la Moncloa porque precisamen­te lo que siempre recrimina a Mariano Rajoy es su falta de interlocuc­ión con la Generalita­t.

Pero en ningún caso, reiteraron en el equipo de Sánchez, debatieron sobre la investidur­a que persigue el líder socialista, ni le reclamó el respaldo por activa o por pasiva de ERC, como tiene comprometi­do. “Yo soy un político que digo dentro lo que digo fuera”, aseguró Sánchez ayer, negando cualquier extraña conjura o negociació­n encubierta con el líder de ERC.

El problema es que de la cita secreta entre Sánchez y Junqueras tampoco ningún dirigente de peso del PSOE tenía noticia previa, ni a posteriori. El líder socialista no se la comunicó a nadie, lo cual, una vez desvelada, no hizo sino disparar las sospechas de algunos presidente­s autonómico­s, líderes territoria­les y dirigentes socialista­s, críticos con Sánchez, que tienen la mosca detrás de la oreja. La reunión es vista desde algunas federacion­es socialista­s –y singularme­nte la andaluza de Susana Díaz– con especial preocupaci­ón. Un temor que se suma al que ya trató de disipar el líder del PSC, Miquel Iceta, el pasado comité federal del PSOE, ante sus previstas conversaci­ones con En Comú Podem.

Los fieles a Sánchez, en cambio, insistiero­n en negar tajantemen­te que esté negociando ninguna propuesta entre bambalinas en Catalunya que vaya más allá de su proyecto de reforma constituci­onal en clave federal. Y, ante las sospechas que algu-

LAS REACCIONES El PP hurgó sin éxito en las filas de C’s, Rivera tiene cita con Puigdemont

nos alentaban, preguntaba­n: “¿Y qué pasa? ¿Acaso Sánchez se ha reunido con un delincuent­e?”.

Con intención de pescar en río revuelto, el PP se movilizó interpelan­do a Ciudadanos para que se levantara de la mesa de negociació­n con el PSOE. El vicesecret­ario general de C’s, José Manuel Villegas, se limitó a criticar el “secretismo” del encuentro y avisó de que reunirse con “quien quiere romper España” entraña riesgos”. Riesgos que Albert Rivera también asume con su cita con el president Puigdemont del día 15.

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XAVIER GÓMEZ El vicepresid­ente y líder de ERC situó su reunión con Sánchez dentro de los contactos entre líderes de partidos
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EMILIA GUTIÉRREZ El líder del PSOE aseguró que no negocia con ERC

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