Si eres gay, no cruces el Misisipi
Una tormenta conservadora oscurece el resplandor de la bandera del arco iris. Reforma y contrarreforma en Estados Unidos. “Nadie debería sufrir el castigo del Gobierno por creer lo que el presidente Obama creía hasta hace poco, que el matrimonio es la unión de un hombre y una mujer”. Este es el tuit con el que Tony Perkins, líder del Family Research Council, felicitó a Phil Bryant, gobernador republicano de Misisipi, recién firmada la “ley de libertad religiosa” que ha provocado la consternación del colectivo homosexual y de cualquier mente progresista, e incluso tirando a la derecha.
Desde la histórica decisión del Tribunal Supremo del pasado año, cuando legalizó el matrimonio homosexual a lo largo de todo el país, las fuerzas de esta neoinquisición se han rearmado en varios estados. Pero ninguno había ido tan lejos en el desafío al orden establecido como lo ha hecho Misisipi, estado sureño integrado en el llamado cinturón bíblico, y su gobernador al rubricar la ley de Protección de la Libertad de Conciencia de la Discriminación Gubernamental. La regulación sancionada por Phil Bryant exonera a los funcionarios que rechacen expedir licencias de matrimonio o celebrar ceremonias entre personas del mismo sexo por atentar contra sus principios de fe.
Por la misma objeción, a los dueños de negocios o a grupos religiosos se les permite denegar puestos de trabajo, acomodo en un hotel o servicios de atención si los interesados son gais, lesbianas, bisexuales o transexuales. Esta normativa beneficiará a secretarios judiciales, fotógrafos, floristas, pasteleros, organizadores de bodas y otros oficios implicados en el festejo si consideran que esas uniones atacan su credo.
Aún hay más. Ofrece la opción a los médicos y otros empleados de la sanidad de “declinar la participación en la provisión” de procedimientos de reasignación de sexo, consejo psicológico o ayuda en terapias de fertilidad.
“Este es un día muy triste para Misisipi y sus residentes”, señaló en un comunicado Jennifer Riley-Collins, directora de la American Civil Liberties en este estado. “Cualquiera se puede quedar sin trabajo, denegarle la licencia matrimonial o impedirle acceder a una vivienda”.
En sus disposiciones, redactadas por el republicano Philip Gunn, la norma se propone proteger “las creencias religiosas y las convicciones morales”. Alegando la interferencia federal, se afirma que el matrimonio sólo es posible entre un hombre y una mujer o que las relaciones sexuales sólo se producen en ese marco. Declara, además, que el género “está determinado por la anatomía y la genética en el momento del nacimiento”.
En esta línea, matiza que corresponde a los negocios indicar a quién se facilita el acceso a los lavabos, los vestidores o vestuarios.
La patente de corso de la intolerancia y la discriminación, como la califican no pocos expertos en jurisprudencia, se pondrá en marcha en julio, salvo frenos legales. “Esta ley no limita derechos protegidos constitucionalmente, ni trata de desafiar leyes federales”, sostuvo el gobernador. “Esta ley es mucho más expansiva que cualquier otra y de tal magnitud que abarca cada función diaria”, replicó Jody Owens, responsable del Southern Poverty Center. Incidió en el derecho otorgado a un propietario para rescindir el contrato de alquiler a una pareja que no está casada.
“Indiana y Carolina del Norte impusieron leyes horrendas, pero la del gobernador Bryant deniega incluso protección”, según Matt McTighen, del Freedom for All Americans. Si Apple, Bank of America, Facebook, Google, IBM, Microsoft, Twitter o Pay Pal (ha parado una inversión) criticaron la regulación de Carolina del Norte, el gobernador del estado de Washington, el demócrata Jay Inslee, prohibió de inmediato este martes los viajes oficiales de sus funcionarios a Misisipi si no son esenciales.
Si eres gay, mejor no cruces el Misisipi.
El estado de Misisipi legaliza denegar bodas, asistencia o trabajo a los homosexuales La polémica norma dice que el sexo sólo existe en el matrimonio entre hombre y mujer