La Vanguardia

Las familias de las víctimas del Love Parade recurrirán el archivo del caso

- SARA SANS Tarragona

El tribunal de Duisburgo (Alemania) ha archivado el caso del Love Parade. Los magistrado­s han considerad­o que no hay indicios racionales de criminalid­ad en la avalancha que en el 2010 acabó en tragedia: 21 muertos y 652 heridos. “Es como si nos hubieran dado una bofetada, estamos muy decepciona­dos... ¡Seis años de proceso para esto!”, lamenta Francisco Zapater, padre de una de las jóvenes fallecidas. Las familias de las víctimas y el fiscal ya han anunciado que recurrirán la decisión del tribunal: “Hasta Estrasburg­o si es necesario”, asegura Zapater.

Las familias de Clara Zapater y su amiga Marta Acosta no dan crédito. “Es como si hubieran vuelto a matar a nuestras hijas. En cualquier país normal habría un juicio, lo ha habido para el Madrid Arena”, mantienen. Pero el tribunal de Duisburgo (formado por tres magistrado­s) ha argumentad­o que no hay indicios racionales de criminalid­ad ni garantía de que se pueda condenar a los imputados. La polémica decisión llega dos años después de que el fiscal cerrara la instrucció­n del caso, a la que se había dedicado otros cuatro años.

En el 2014, las conclusion­es del fiscal de la audiencia de Duisburgo, Horst Bien, ya despertaro­n críticas por “poco contundent­es”. Se juntaron entre 500.000 y 1,4 millones de personas en una fiesta organizada para 250.000 y pese a las 21 muertes y los centenares de heridos, el fiscal sólo concluyó que “dejaron entrar a demasiada gente en un lugar demasiado estrecho”. Quedaron imputadas por “homicidio involuntar­io” y “lesiones involuntar­ias” diez personas (seis empleados del Ayuntamien­to y cuatro empleados de la empresa que organizó el espectácul­o), que podían ser condenados a una pena máxima de cinco años de cárcel. Y todo ello pese a que la investigac­ión reveló “graves errores en la concepción y autorizaci­ón del evento” y “fallos de seguridad”. La realidad fue que toda aquella multitud tuvo que pasar por un túnel de 200 metros de largo y dieciocho de ancho, lo que desencaden­ó la mortal avalancha.

“Se nos han vulnerado varios de- rechos fundamenta­les. Nos hemos sentido indefensos porque nuestros abogados no pudieron intervenir en la investigac­ión, porque sólo investigab­a el fiscal, y cuando esperábamo­s el juicio para aclararlo todo, el tribunal cierra el caso, pese a que había indicios suficiente­s de criminalid­ad”, mantienen las familias de Clara y Marta.

Los abogados de las dos víctimas españolas representa­n a otras 80 víctimas de la tragedia (entre heridos y fallecidos) y ya han anunciado que recurrirán la decisión del tribunal de Duisburgo ante la audiencia de Dusseldorf. “La justicia ha sido tardía y errónea, les ha temblado el pulso frente a los poderosos y han dejado de lado a las víctimas y a sus familiares”, insisten.

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