El PSOE busca aferrar a C’s y Podemos en la negociación
Iglesias y Rivera “marcan territorio” ante la cita a tres de hoy
“Ni en ajedrez, ni en cualquier otra competición, anticipas en rueda de prensa tu estrategia y tus próximos movimientos”. Esta sentencia que ayer emitió el exministro Jordi Sevilla, uno de los integrantes del equipo negociador del PSOE para la investidura de Pedro Sánchez, refleja bien a las claras los dos planos en los que se está moviendo la complejísima negociación a tres bandas, con Ciudadanos y con Podemos, que hoy se escenificará públicamente por vez primera.
Es decir, por un lado están las declaraciones públicas altisonantes y tajantes, retadoras y hasta rupturistas con las que cada una de las partes –y singularmente los líderes de Podemos y C’s, dos formaciones ideológicamente incompatibles al menos sobre el papel– llevan varios días “marcando su territorio”, según fuentes de la negociación, de cara a sus respectivos electorados y para llegar hoy con una posición de fuerza a la primera reunión entre los tres equipos negociadores.
En esta estrategia, ayer en el debate en el pleno del Congreso, Pablo Iglesias y Albert Rivera casi se olvidaron de que también estaban presentes Mariano Rajoy y Pedro Sánchez y se dedicaron a atizarse mutuamente. “¡Con intolerantes es muy difícil hacer un gobierno progresista!”, le echó en cara Iglesias a Rivera. Y el líder de C’s le devolvió la pelota al de Podemos por la presunta financiación irregular de la formación morada vía Venezuela e Irán. Rivera, mientras el rifirrafe subía de tono en el cruce de reproches, incluso le acusó a Iglesias de un supuesto afán por “colocar amigos, familiares y a las novias”.
Como la víspera, ambos dirigentes escenificaron un matrimonio imposible, augurando para hoy una reunión a tres bandas con el PSOE con pocas probabilidades de éxito. Para satisfacción de Rajoy y de toda la bancada del PP, eso sí, que asiste entre divertida e irritada a lo que no considera más que un mal “vodevil” con el que Sánchez trata de mantener viva su carrera política.
“Cada uno tiene que hacer valer su posición y defender sus intereses, escenifican que hay posturas enfrentadas, pero sólo ya la voluntad de sentarse a la misma mesa es muy positiva”, dicen en el equipo de Sánchez. Y celebran el avance: “Hace un mes, habría sido imposible”.
Pero más allá de los reproches cruzados y los marcajes de territorios, por debajo del radar público, el PSOE ha ido trabando en discretas citas con C’s y con Podemos las condiciones para que hoy se puedan sentar todos, al fin, a la misma mesa. Y su objetivo, a partir de hoy, es “que nadie se levante de la mesa” hasta el final.
Así pues, uno de los objetivos declarados en el equipo de Pedro Sán- chez es que “se produzca una segunda reunión”. Y luego otra, y otra. Algunos miembros del equipo negociador socialista son especialmente optimistas y aseguran que hoy “no se acabará nada”. “Nada se acaba hasta el 23 de abril”, piensan, en alusión aproximada a la fecha en que ya tendrán definitivamente claro si Sánchez puede volver a presentarse a su investidura como presidente del Gobierno o si un nuevo fracaso abre, finalmente, las puertas de la repetición electoral.
Hoy, para empezar, prevén que en la cita sólo se abordará el guión de trabajo, los temas a tratar, la metodología, el procedimiento, los tiempos. En definitiva, “vamos a discutir sobre qué vamos a discutir”, dicen en el PSOE. Y, este mismo fin de semana, “pasaremos a la clandestinidad”, para trabajar ya sin luz ni taquígrafos. Como vienen haciéndolo, aseguran, desde hace tiempo en citas discretas con Podemos y C’s por separado.
Fuentes del PSOE aseguran que uno de los objetivos a cumplir, ya sin la presión mediática de hoy, será buscar los argumentos que Podemos podría esgrimir para justificar un cambio de posición y que se sumara finalmente al acuerdo. Para ello, sería necesario que Pablo Iglesias pudiera exhibir seis o siete puntos, piensan, que habría “arrancado” en la negociación. Ahora bien, en el equipo de Sánchez subrayan que “el acuerdo con C’s es ampliable, pero no enmendable”.
El propósito de Sánchez, insisten, es lograr formar un gobierno preferentemente monocolor, aunque transversal y con ministros independientes, sustentado por C’s y Podemos. “No se trata de hacer un gobierno a tres, sino un solo gobierno apoyado en dos patas”, dicen. Aunque otras fuentes del equipo de Sánchez zanjan: “No hay una fórmula mágica, y estamos abiertos a cualquier fórmula”.
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EN BUSCA DE LA INVESTIDURA “No se trata de hacer un gobierno a tres, sino un solo gobierno apoyado en dos patas”