El debate de los refugiados acaba en un rifirrafe electoral entre los grupos
La oposición acusa a Rajoy de saltarse el acuerdo del Congreso sobre los asilados
Era el primer debate de calado en el Congreso desde la fallida investidura de Pedro Sánchez, pero ni el drama de los refugiados sirios que se mueren en su intento de llegar a Europa ni los riesgos para la construcción europea y para España de que se produzca una salida de Gran Bretaña del sistema europeo sirvieron para que los grupos parlamentarios en el Gobierno y en la oposición, que muchas veces no se sabía en qué lado estaba cada uno, se ocuparan de esos problemas.
La complicada situación política española, las reuniones para intentar formar gobierno –como la de hoy entre PSOE, Podemos y Ciudadanos– y la posibilidad de que haya unas nuevas elecciones hicieron que las miserias internas pesaran más que los dramas de los refugiados sirios hacinados en las fronteras europeas y todo acabó en un intercambio de reproches y acusaciones en un tono más de tertulia de televisión que de debate parlamentario. El portavoz de DL, Francesc Homs, lo resumió muy bien: “Estamos más cerca de un debate electoral que del orden del día que nos ha traído aquí”, dijo en su réplica, justo antes de enzarzarse con el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, en un debate sobre el déficit y si Catalunya y las demás comunidades autónomas han hecho esfuerzos o no para cumplir el objetivo europeo.
Se habló de refugiados. Rajoy defendió el acuerdo entre los 28 países europeos y Turquía, no porque le guste, sino porque es “el único posible”, y recordó que los problemas que ha tenido España para reubicar a los 16.000 refugiados comprometidos y no pasar de 18 no es porque España o su Gobierno esté lleno de maldad. A todos los países les ha ocurrido lo mismo, y se enfrentó a las acusaciones de Pablo Iglesias, recordándole que Tsipras impulsó el acuerdo, y llegó a hablarle al líder de Podemos, que le había llamado caradura, de “aspirantes a Mesías que quieren tener la razón en todo”.
Pero ese no fue el único enfrentamiento, ni el más notable. Los máximos responsables de Podemos y Ciudadanos, Albert Rivera y Pablo Iglesias, sobrepasaron el debate político y fueron al ataque casi personal. El secretario general de Podemos aprovechó el debate para hablar de los ayuntamientos del cambio, de la ley mordaza, de lo que debía entender Pedro Sánchez por un gobierno de izquierdas, pero dedicó sus mayores esfuerzos a desacreditar a Rivera. Se trata de dibujar un Ciudadanos en la misma órbita política que el PP, lo que haría imposible el acuerdo a tres que pretende Pedro Sánchez. Para ello habló del “ejercicio de cuñadismo ideológico” del líder de Ciudadanos, “que lo mismo sirve para vender preferentes que para intervenir en una tribuna. Muletillas, lugares comunes, perogrullos y tópicos rancios” y hasta acusó a C’s de no querer dar la tarjeta sanitaria a los simpapeles.
Albert Rivera le respondió de inmediato y sin pararse en miramientos. “A lo mejor el cuñadismo político es colocar a los amigos, los fami-
CARMEN DEL RIEGO Rivera e Iglesias protagonizan el mayor enfrentamiento con recriminaciones de amiguismo y cuñadismo
liares y las novias en los sitios”, un disparo que no sentó nada bien a Pablo Iglesias, que se revolvió en su escaño con gesto adusto.
El portavoz del PP, Rafael Hernando, se había preparado para los ataques contra él, y disparo contra todos, en especial Pedro Sánchez, por “bloquear desde el minuto uno la formación de gobierno”, y acabó pidiéndole que “deje de tomar el pelo a los ciudadanos” a la vez que llamó “al diálogo y al pacto”.