Urkullu enfría las opciones de un adelanto electoral
Consciente del enrevesado escenario político estatal, el lehendakari Iñigo Urkullu enfrió ayer las expectativas de un adelanto electoral en Euskadi. “Seguimos trabajando”, proclamó en un acto para hacer balance de los 1.000 días de gobierno delante a la plana mayor de su ejecutivo. El Partido Nacionalista Vasco (PNV) querría convocar a los vascos a las urnas el mes de junio, entre otras cosas, para te- ner tiempo suficiente a la hora de confeccionar y negociar los presupuestos del año que viene, si repite victoria. Las encuestas alertan de la incertidumbre del paisaje postelectoral con dos bloques muy igualados: por una parte, lo que forman los nacionalistas y los socialistas que ahora ya mantienen una alianza preferente en las instituciones, y de la otra, la suma de EH Bildu y Podemos. Pero una cosa son los deseos y la otra la realidad política, condicionada por el bloqueo en la gobernabilidad en España. Si la falta de acuerdo obliga a repetir elecciones generales, Urkullu optará por mantener los comicios en otoño, tal como está previsto.
Sin embargo, las fuerzas políticas vascas han empezado a activar las maquinarias prelectorales. Los nacionalistas pusieron en marcha ayer el proceso interno que culminará el 7 de mayo con el elección de Urkullu como candidato. El PP también está pendiente de cómo acaba la situación española para decidir si el ministro de Sanidad en funciones, Alfonso Alonso, puede ser su cabeza de lista a la lehendakaritza. En el balance que hizo el presidente vasco –de pie, con micro de corbata y en mangas de camisa– subrayó la ley municipal, que hoy aprobará el Parlamento con el apoyo de la izquierda abertzale. Una votación llena de simbolismo político.