Las colegialas marcan tendencia
La industria de la moda crea nuevas marcas para satisfacer a las adolescentes de entre 12 y 15 años
Entre los 12 y los 15 años el universo de las niñas (y el de los niños también, pero menos) es cuando menos caótico. No sólo para ellas, que están en plena revolución hormonal, sino para los padres, que no aciertan en cómo tratarlas y menos en cómo vestirlas. Quien sí saca provecho de todo este revuelo inevitable es la industria de la moda, que en los últimos años ha detectado en este sector de entre los 12 y los 15 años (algunos lo amplían hasta los 18) un enorme interés y conocimiento por las marcas y su comportamiento. En un intento por seducirlas, hasta el grupo Children Worldwide Fashion (CWF), que incluye firmas de alta gama para niños como Karl Lagerfeld Kids, Chloé, Boss o DKNY, ha tomado cartas en el asunto. Visto cómo se desenvuelven en el mundo de la moda las niñas que aún no han dejado de serlo pero están a punto de entrar en el mercado de las tallas y diseños más convencionales, CWF acaba de lanzar la firma Une Fille #Today I Am. La novedad es que no es una marca pensada para niñas en general, sino que se ha tejido a medida para ese sector específico de adolescentes. También para ellas hacen sus propuestas concretas otras casas como IKKS (We Are Young by IKKS), Demoiselle d’Emile et Ida o Smallable.
“En este mundo en constante evolución, ser capaz de adaptarse a un nuevo entorno y fortalecer el liderazgo es imprescindible para afrontar los retos del mañana”, explicaba Emilie Gaulupeau, directora de marcas propias de CWF. Pero si alguien lleva ventaja en el sector es, una vez más, el grupo Inditex. Las propuestas para estas adolescentes están muy bien definidas en firmas como Pull &d Bear, cuya línea Pacific Girls cubre esa necesidad, o Zara, que tiene en TRF su apartado más joven. “Las adolescentes de ahora que ya no son ni mi- llennials (1981-1995) sino la generación posterior, la Z, y claro, son como las de toda la vida..., por lo que transitan esa edad en que creces pero todavía mal y tienes una facha extraña, no eres ni mayor ni pequeña y todo es un problema, pero más vestirse”, explica Gema Sach, responsable de la marca y tienda homónimas de ropa dirigida a madres e hijas apasionadas por la moda. Pero ahora, añade, “esa eterna batalla generacional llega con el plus añadido de que estas adolescentes viven en un entorno marcado por la sobreinformación y tienen a mano, o mejor dicho, en el móvil, todas las marcas y los modelos que les permiten proyectar la imagen que desean”. Al final son niñas, pero muy sabias. “Saben de moda y lo que quieren, y tienen muy bien interiorizada la ropa que desean y que probablemente no conseguirán hasta que sean mayores, la que pueden permitirse de vez en cuando y las marcas que son para el día a día”, añade Sach.
Las niñas de hoy visten sobre todo de Bershka y Stradivarius, además de otras marcas como Subdued, Brandy Melville, IKKS Abercrombie, Hollister, Double Agent y Obey. Y en cuanto al calzado optan por las Adidas, en especial las Stan Smith (este año completamente blancas), y Nike, aunque “las que pueden llevan las deseadísimas Golden Goose (a partir de 335 euros) y ya visten de Marc by Marc Jacobs”, explican las dependientas de Jofré, que tiene una tienda entera, Jofré 20 Anys, para satisfacer precisamente a este sector entre adolescente y fashionista de espíritu joven.
La industria de la moda es muy consciente de esta necesidad de moda que tienen las nuevas ados (adolescentes). Y también de que cuando se sienten realmente a gusto es cuando pueden vestir “los vaqueros shorts muy rotos o los slims, la camiseta y las zapatillas deportivas que también llevan las otras niñas en clase” (eso lo cuenta María, de 12 años, que tiene además muy claro que “el slim tiene que ser IKKS, la camiseta una Emoji de Brandy Melville y las zapatillas blancas de cordones de Adidas).
Pero ¿a quién copian? ¿A sus madres? ¿A sus hermanas mayores? ¿A las blogueras que prácticamente tienen su misma edad porque cada vez son más jóvenes? Pues de todo un poco. Mireia Playà, una millennial de 24 años que ha vivido inmersa en el mundo de la moda toda su vida (y acaba de lanzar su propia línea de zapatos veganos), cree que “al final buscan lo que todos, una imagen con la que comenzar a identificarse que suele aportar la generación inmediatamente anterior”. Playà sabe de lo que habla porque su hermana seis años menor ya es de la otra generación. De la Z. Y entiende que “a ellas les vuelven a interesar las marcas (cosa que quizá a nosotras no tanto: preferíamos mucho por poco dinero) y reconocer su valor”. Cuando habla de valor, Playà no habla sólo de dinero, sino de responsabilidad social y ecológica. Sabe que, como ella, estos Z que le siguen “aprecian ya, a pesar de ser tan niñas, que una firma sea capaz de promover un desarrollo sostenible para no maltratar el mundo en el que queremos vivir muchos años”.
Saben de moda y de marcas y se visten como sus hermanas mayores... o como las blogueras ‘millennials’