Los límites del silencio
Interior
Autor: M. Maeterlinck Director: Hermann Bonnín Lugar y fecha: La Seca (6/IV/2016) A raíz del estreno de La intrusa de Maurice Maeterlinck que Hermann Bonnín ofreció en el 2005, se aireó la influencia decisiva que el autor belga, y aquella obra en concreto, tuvieron para el teatro catalán de finales del XIX. Escrita en 1890, La intrusa se presentó en 1893 en la segunda Fiesta Modernista de Sitges, traducida por Pompeu Fabra e interpretada, entre otros, por Santiago Rusiñol, entusiasta del nuevo teatro europeo. En el simbolismo de Maeterlinck los primeros modernistas catalanes descubrían el tono coloquial y reposado de los diálogos y la valoración de los silencios como un elemento sustancial de la nueva dramaturgia. Y justamente para ilustrar la importancia y la lógica del silencio teatral, Maeterlinck escribiría en 1894 Interior, una pieza maestra que el mismo Bonnín acaba de montar en La Seca.
Nunca, que yo sepa, Bonnín ha sido partidario de las concesiones, a menudo bastante legítimas, que sirven para hacer más gratificante la propuesta que hay que presentar con una necesaria radicalidad. E Interior, siguiendo los rastros de La intrusa, acoge este principio con la máxima severidad y rigor. Pienso, pues, que su montaje es de los que contribuyen a la mejora de la cultura teatral del país con independencia de si gusta más o menos.
Desde el jardín de una casa solitaria, cuatro personas contemplan a través de los cristales a la familia que vive allí. Ven cómo todos se calientan en una chimenea y velan a la criatura que duerme en una cuna. Es una hora plácida de la noche ya que no saben aún que una hija suya ha muerto ahogada en el río. Suicidada. Los hombres del jardín la han hallado flotando en el agua. ¿Cómo comunicar la tragedia a los familiares? ¿Cómo hacer entrar la muerte en un refugio tan feliz de vida y paz? El joven y el hombre con dos hijas que se han acercado a la casa de la desdicha, dudan de qué hacer. No osan ni pisar la mancha de luz proyectada en el césped. Mientras la noticia fatídica quede en el exterior, ellos son los protagonistas de la tragedia. Y cada observación, cada sugerencia que se hacen, abre un abismo de silencio. Cada conjetura, un largo mutismo cargado de temores. Son miedos que se escuchan, estos...
Bonnín no duda en prolongar los vacíos de sonido angustiantes hasta el límite máximo razonable. Y el director con Carles Arquimbau y Òscar Intente –y la discreta compañía de Padi Padilla y Laia de Mendoza– fabrican el espectáculo más nítido, austero y... explícito, imaginable.