El Banco Asiático de Desarrollo certifica el menor crecimiento de Asia
Asia, el motor económico mundial de los últimos años, está perdiendo fuelle. Es lo que constata el Banco Asiático de Desarrollo (ADB), institución financiera multilateral de referencia del continente.
En la presentación de su informe anual en Barcelona, en ocasión de un acto celebrado en Casa Asia, el economista jefe adjunto del organismo, Zhuang Juzhong , alertó de que el área crecerá este año un 5,7%, dos décimas menos que el año pasado. Un dato preocupante, si se tiene en cuenta que el peso de esta región equivale a más de la mitad del crecimiento global.
En este retroceso tiene mucho que ver China, cuyo estado de salud es objeto incesante de debate entre muchos economistas. El gigante asiático puede moderar su crecimiento de forma gradual hasta llegar a un ritmo cercano al 6,3% el año que viene, si no lleva a cabo reformas estructurales que cambien su modelo de desarrollo.
El país, que durante más de una década ha sido la fábrica el mundo, es cada vez menos barato y menos competitivo, según el ADB. Los salarios crecen a un ritmo del 10% anual y el promedio supera ya los 7.000 euros.
A esto hay que añadirle el envejecimiento de la población: la fuerza laboral disminuye y la productividad no despega. “La política del segundo hijo tardará en producir efectos y sobre todo muchos chinos ya no lo quieren”, dice Zhuang Juzhong.
El banco subraya cómo la ralentización china está afectando a los países de su entorno, que venden menos productos (sobre todo materias primas) o, en todo caso, a un precio más barato. Por cada punto en porcentaje que se resta al crecimiento chino, Asia pierde un 0,3%. El riesgo, según el ADB es que el continente acabe instalándose en “una nueva normalidad”, sobre todo si se piensa que entre el 2006 y 2010 la economía en esta región creció a un ritmo del 8,3%.
No obstante, no todo son malas noticias. Juzhong señala que el impacto en Europa del frenazo chino es prácticamente nulo (-0,1%). En efecto, la menor demanda china ha causado el reciente desplome del precio del crudo, con lo que al final las posibles consecuencias negativas para el Viejo Continente se ven compensadas por el abaratamiento del petróleo y de su factura energética.
La organización también certifica el sorpasso de India. El país ha tomado el relevo de China como motor del continente. Su crecimiento el año que viene podrá alcanzar un 7,8%, muy por encima de los números que ofrece en estos momento el Sudeste Asiático (un 4,4%).