Freno al comercio
La OMC revisa a la baja sus previsiones para este año
Tras años creciendo a un promedio del 5% anual, el comercio mundial lleva un lustro estancado sin superar la barrera del 3%, un freno como no se conocía desde el final de la Segunda Guerra Mundial.
El comercio internacional está estancado. La Organización Mundial de Comercio (OMC) ha rebajado notablemente, de un 3,9% a un 2,8%, su previsión de crecimiento del comercio mundial para el 2016, informó en Ginebra la pasada semana el director general de la institución, Roberto Azevedo.
En el 2015, la tasa fue del 2,8%, con lo que no hay progresión respecto al año anterior. Es la primera vez que ocurre en tiempos recientes. Además, las cifras, en términos absolutos, están muy por debajo del promedio del 5% que registró a partir de 1990.
“La tendencia del comercio mundial va hacia delante pero el ritmo es decepcionante”, admitió el máximo responsable de la OMC. De cumplirse la nueva previsión, el 2016 será el quinto año consecutivo con un crecimiento menor al 3%.
Estos datos llaman la atención por un motivo: desde un punto de vista histórico y estadístico, en los últimos treinta años los intercambios comerciales acostumbraban a crecer a un ritmo casi el doble de rápido que el del PIB mundial, gracias a la llegada de la globalización y el descenso del coste del transporte de mercancías. Justo después de la Segunda Guerra Mundial, la relación era tradicionalmente de 1,5 a 1.
Ahora, esta regla parece haberse roto. “No hay precedentes de un período tan largo e interrumpido de crecimiento lento”, destaca la organización. Si se miran los archivos, hay que remontarse a hace 35 años para encontrar una racha similar o peor a la que se está viviendo. “Hay que remontarse al período que transcurrió entre 1980 y 1985, que es cuando se registraron dos años de contracción”, señala el informe.
Entre las causas de este ajuste, la OMC menciona una desaceleración más pronunciada del crecimiento económico en China, una menor demanda en Brasil –por la recesión que vive el país– y una mayor volatilidad de los mercados financieros y de los tipos de cambio, como la apreciación del 20% del dólar estadounidense.
Si se analiza el valor de las mercancías, los indicadores son todavía más preocupantes, porque el comercio mundial cayó el año pasado un 13% desde los 19 billones de dólares hasta los 16,5 billones.
Asia contribuyó más que ninguna otra región a la recuperación del comercio mundial desde la crisis financiera del 2008-2009, pero su influencia ha ido decreciendo conforme su ritmo de crecimiento ha ido disminuyendo. La aportación de Centroamérica y Sudamérica al crecimiento del volumen de exportaciones fue mínima, mientras que fue negativa en cuanto a importaciones.
En cambio, Europa volvió a contribuir el año pasado de forma “positiva y notable” al crecimiento de las importaciones mundiales, con un repunte del 1,5%. “Europa se ha convertido en motor de crecimiento y está reequilibrando la bajada que se observa en Asia”, indicó Azevedo.
La Organización Mundial del Comercio lleva más de una década tratando de eliminar las barreras a los intercambios comerciales (mediante la llamada Ronda de Doha). Sin embargo, al ser un organismo multilateral que funciona por consenso, su actuación está bloqueada por unos vetos cruzados entre países desarrollados y economías emergentes.
“El avance del proteccionismo sigue representando una amenaza, ya que muchos gobiernos continúan aplicando restricciones al comercio y el número de estos obstáculos sigue aumentando”, advierten desde la OMC. “Si se aplicara el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio, se podría impulsar el comercio en aproximadamente 1 billón de dólares anuales”, añadió Azevedo. “También se puede hacer más para eliminar los obstáculos arancelarios y no arancelarios que siguen aplicándose a la exportación de productos agropecuarios y manufacturados”, lamenta el director de la OMC. Y mientras tanto, el comercio se enfría.
El valor de los intercambios comerciales cayó el año pasado un 13% por la apreciación del dólar