La justicia argentina estrecha el cerco contra la expresidenta Fernández
Ni los más acérrimos antikirchneristas hubieran imaginado que sólo cuatro meses después de dejar el poder la expresidenta Cristina Fernández afrontaría un panorama judicial tan amenazante. Tras la sorpresiva decisión del fiscal, que el sábado pidió investigar por lavado de dinero a la hasta hace poco todopoderosa mandataria, no son pocos los juristas y políticos argentinos que creen que Fernández tiene muchas probabilidades de ir a prisión.
Con la llegada al Gobierno del liberal Mauricio Macri, la justicia ha desempolvado causas aletargadas durante el kirchnerismo. La semana pasada fue vertiginosa y la que comienza también promete serlo. Sobre todo porque Fernández está citada el miércoles ante los tribunales federales de Buenos Aires como imputada por otro caso –la venta irregular de dólares a futuro por parte del Banco Central– y sus partidarios ya han convocado una gran movilización para arroparla.
Así como la comparecencia de pasado mañana responde a una denuncia sobre su gestión política, la petición de imputación que el sábado formalizó el fiscal Guillermo Marijuán apunta directamente al entramado de corrupción que se sospecha que Fernández y su difunto marido, Néstor Kirchner, tejieron durante sus doce años de gobierno.
Marijuán investiga la llamada “ruta del dinero K”, destapada hace tres años por un programa de televisión. Una causa que durante el kirchnerismo quedó paralizada por el mismo juez, Sebastián Casanello –apodado Tor- tuga desde ese espacio televisivo–, que ahora ha decidido acelerarla. Inesperadamente, Casanello ordenó el martes la detención del constructor Lázaro Báez, amigo de los Kirchner y sospechoso de ser su testaferro.
Báez recibió millonarios contratos de obras estatales con sobreprecios, que supuestamente luego devolvía a la entonces familia presidencial a través de compras de propiedades o alquilando habitaciones vacías en la cadena hotelera propiedad de Fernández. O incluso en efectivo, como reveló el viernes Leonardo Fariña tras once horas de declaración. Fariña, responsable de trasladar el dinero negro de Baéz para blanquearlo o evadirlo al extranjero, está encarcelado desde hace dos años y ahora decidió convertirse en testigo protegido e implicar directamente a la exmandataria. El ventilador se ha puesto en marcha en Argentina.
El fiscal pide investigar a Fernández por lavado de dinero tras la declaración de un arrepentido