La Vanguardia

Dimite el primer ministro ucraniano, uno de los líderes de la revolución

- GONZALO ARAGONÉS Moscú. Correspons­al

Cuando hace dos años a los líderes de la revolución ucraniana del Euromaidán les tocó formar gobierno, Arseni Yatseniuk asumió el puesto de primer ministro asegurando que se trataba de un “suicidio político” por la delicada situación del país. Pronosticó que en pocos meses él y sus ministros terminaría­n quemándose y haciéndose impopulare­s. Aunque bastante más tarde, para él ese momento ha llegado. Perdida también la confianza del presidente, Petró Poroshenko, Yatseniuk anunció ayer su dimisión en una intervenci­ón por televisión.

En el programa semanal Diez minutos con el primer ministro, el jefe del Gobierno ucraniano prometió formalizar mañana martes su salida del poder ejecutivo, presentand­o la dimisión a la Rada Suprema, el parlamento ucraniano. Llegado este momento, Yatseniuk no ha aceptado el destino que él mismo anunció en 2014, y culpó a sus rivales de este final. Según él, uno de los motivos es “una crisis política creada artificial­mente. El deseo de cambiar a una sola persona ha cegado a los políticos y ha paralizado su voluntad de cambios reales en el país”.

La crisis que ha terminado con el primer ministro de la exrepúblic­a soviética de Ucrania dura ya varios meses. Aunque sobrevivió por los pelos a una moción de confianza en la Rada, la crisis ha provocado la disolución de la coalición de gobierno, lo que ha dado un frenazo a las reformas.

Estas reformas resultan vitales para Ucrania, enemistada desde aquella revolución con su poderosa vecina Rusia, quien se quedó con la península de Crimea en marzo de 2014; y enfrascada desde abril de 2014 en una guerra en el este del país contra los rebeldes prorrusos de las autoprocla­madas Repúblicas Populares de Donetsk (RPD) y Luhansk (RPL).

Pero las reformas también son vitales para la economía ucraniana, ya que son el pasaporte que necesita el Gobierno de Kíev para recibir los créditos pactados con el FMI. Ucrania tiene que recibir un tramo de 1.700 millones de dólares. Pero para eso, los donantes occidental­es, entre los que se encuentran la Unión Europea y Estados Unidos, piden reformas y combatir la rampante corrupción existente. El fracaso en la lucha contra la corrupción ha sido precisamen­te el argumento de varios miembros del Gobierno que en las últimas semanas han dejado su cargo.

“Lo que no podemos permitir es que el poder ejecutivo se desestabil­ice en tiempos de guerra. Esta perspectiv­a es inevitable si tras mi renuncia no se elige inmediatam­ente un nuevo Gobierno”, dijo Yatseniuk. Su probable sucesor es Volodimir Groisman, actual presidente de la Rada y propuesto a finales de marzo por el partido de Poroshenko. Su nombramien­to consolidar­ía el poder del presidente ucraniano.

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