El PP ve imposible la interlocución con Sánchez y apela a sus votantes
Rajoy espera rentabilizar la cerrazón del PSOE a negociar en estos dos meses
Aunque queden algo más de dos semanas para que se despeje la incógnita de si celebrarán o no nuevas elecciones, el PP sabe –ya se lo adelantó Mariano Rajoy a David Cameron hace algunas semanas en Bruselas– que las urnas son el escenario más probable. Los populares tomaron consciencia de ello desde el mismo momento en que Pedro Sánchez se levantó de la mesa el 23 de diciembre y no quiso hablar más con Rajoy. La única duda, durante este tiempo ha sido si PSOE y Podemos podría alcanzar el gobierno de izquierda que pretendía Pedro Sánchez.
Despejada en la última semana esa posibilidad, es posible que Sánchez y Rajoy logren por fin volverse a reunir pero todo el mundo da por hecho que la anhelada gran coalición entre los dos grandes partidos es imposible. Por esa razón Rajoy y el PP han decidido concentrar sus esfuerzos en explicar sus propuestas, sus ofertas de pactos, y su programa de gobierno a la opinión pública.
Cambio de estrategia con la vista en las elecciones en las que el PP espera que se salga de la situación de bloqueo actual. De ahí que ayer mismo, la vicesecretaria de Estudios y Programas del PP, Andrea Levy, hablaba ya de otra interlocución distinta a la del líder del PSOE: “Si Pedro Sánchez no está a la altura de este momento político, que se aparte y deje negociar a otro en nombre del PSOE”. La dirigente popular aclaró a La Vanguardia que el PP no intenta decirle al PSOE quien ha de negociar en su nombre, pero quiere dejar claro ante los ciudadanos que Sánchez no es ahora ni ha sido un interlocutor válido.
El PP se volcará ahora en explicar que las elecciones no son responsabilidad de Mariano Rajoy, sino de Pedro Sánchez que ni siquiera ha intentado una de las posibilidades para formar gobierno, la de la opción que más escaños sumaba, la del la coalición PP-PSOE.
A partir de la próxima semana Rajoy incrementará sus apariciones públicas en actos del Partido Popular. Si hasta ahora el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, reservaba los fines de semana para esas intervenciones públicas, que tienen ya mucho que ver con una precampaña electoral, ahora redoblará los esfuerzos y los populares ya organizan jornadas del partido para mediados de esta semana y la próxima, además de las convenciones del fin de semana, como la que ha tenido lugar este fin de semana en Barcelona.
Con la vista puesta en las elecciones el PP convertirá la oferta de acuerdo que hubiera querido negociar con el PSOE en su primer argumentario electoral, los cinco grandes pactos: empleo, mantenimiento del estado del bienestar, unidad de España, corrupción, y reformas estructurales. Todo ello aderezado con el mensaje de que esos cinco grandes pactos supondrían un proyecto de gobierno que no implicaría poner en riesgo a España, como sí lo sería un pacto de PSOE y Podemos. “No vamos a cansarnos de explicárselo a la gente”, dicen en el PP.
Además harán hincapié, en el programa con el que se presentará a las nuevas elecciones, en medidas, sobre todo en el ámbito social, que forman parte del pacto firmado entre el PSOE y Ciudadanos. Son medidas que Mariano Rajoy va desgranando y presentando en las convenciones que viene celebrando los fines de semana, y entre los que figura la racionalización de horarios y otros elementos.
Con estos argumentos, y dirigiéndose directamente a ellos, el PP trata de que los ciudadanos tengan una actitud favorable a un pacto entre los dos grandes partidos, sea de coalición o no, apelando a que un resultado parecido debe terminar de una forma distinta, y el diálogo debe cambiar de interlocutores, e incluir al PP. Es decir, se pretende que en esa nueva etapa los ciudadanos reclamen al PSOE que hable con el PP. Pero para alcanzar este objetivo el PP necesita ampliar su representación y avalar su oferta de gran coalición, y que el PSOE de Pedro Sánchez no salga premiado por esta etapa de diálogo con todos menos con el PP.
El PP defenderá es gran coalición en la campaña, y será su primera opción tras el 26 de junio, incluso antes de intentar formar un gobierno sólo con Ciudadanos, aunque la mayoría de ambos fuera suficiente. Seis escaños más entre los dos, es decir 170 escaños en vez de 163, serían suficientes, a juicio del PP, para garantizarse que no será posible un gobierno alternativo. Sus encuestas, según las fuentes consultadas, contemplan esa posibilidad, ya que todas registran un incremento en el voto de Ciudadanos, unido a un mantenimiento o ligero incremento del voto al PP, que obtendría esos apoyos de la abstención, de los votantes del PP que el 20-D quedaron en casa y no le votaron, enfadados con Rajoy, pero no votaron a otros partidos. El PP también espera arañar votos de los votantes socialistas, que puedan ser críticos con la actitud mantenida por Sánchez.
El PP quiere hacer de su oferta de grandes pactos rechazados por los socialistas su primer mensaje electoral