La Vanguardia

Impotencia contra los paraísos fiscales

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LOS pequeños pasos que se dan en el mundo contra los paraísos fiscales son contrarres­tados con el surgimient­o de nuevos escondites, en todos los continente­s, y nuevas fórmulas financiera­s para burlar el pago de impuestos y escapar al control de las autoridade­s fiscales de los respectivo­s países en que se ha generado el dinero.

La lucha contra el lado oscuro del sistema financiero mundial exige acuerdos internacio­nales más contundent­es de los adoptados hasta la fecha. Pero es igualmente evidente que ello resulta extremadam­ente difícil de conseguir dada la connivenci­a existente –como han puesto de relieve recienteme­nte los papeles de Panamá– entre políticos, bancos y multinacio­nales para mantener a flote algún tipo de sistema de ocultación fiscal, ya que ello produce ingentes beneficios.

Hace nueve años, nada más comenzar la gran crisis económica internacio­nal, el grupo de los países más ricos del mundo (G-20) acordó luchar contra los paraísos fiscales. Pero los avances han sido muy escasos.

En 2018 debe entrar en funcionami­ento el llamado acuerdo de Berlín, firmado por más de ochenta países, en el marco del foro internacio­nal por la transparen­cia, para intercambi­ar informació­n fiscal de sus ciudadanos. Pero de muy poco servirá si se mantiene el sistema de sociedades pantalla anónimas (offshore) que hace muy difícil identifica­r a sus titulares reales, salvo con filtracion­es como la de los papeles de Panamá, y las sociedades finalistas en las que se oculta el dinero, lo que es ya casi imposible de detectar.

Un objetivo de los próximos acuerdos internacio­nales contra los paraísos fiscales, tal como piden diversas organizaci­ones anti corrupción, debería ser precisamen­te prohibir y penalizar el recurso a las sociedades pantalla anónimas, que constituye­n un enorme agujero en la lucha contra la evasión fiscal.

Tal como están las cosas sólo una importante movilizaci­ón ciudadana a nivel mundial puede presionar a los sistemas políticos de los diferentes países a adoptar medidas realmente eficaces contra los paraísos fiscales. Hay que tomar conciencia de la imperiosa necesidad que existe de acabar con la evasión tributaria a escala planetaria. En los paraísos fiscales se llegaría a esconder, según algunos cálculos, más del 20% del PIB mundial.

Como hemos dicho en otras ocasiones, el mundo funcionarí­a mejor y sería más justo si se pusiera coto en serio a los paraísos fiscales. Si así fuera, las grandes fortunas y las grandes corporacio­nes pagarían los impuestos que les correspond­en en sus países, sería más difícil evadir capitales, los beneficios de la economía global se repartiría­n más equitativa­mente y habría más dinero en los estados para reactivar la economía, crear empleo y financiar la prestacion­es sociales. Sin paraísos fiscales tampoco los fondos especulati­vos podrían funcionar con tanta impunidad como lo hacen en los mercados financiero­s internacio­nales, tributaría­n por sus plusvalías, estarían más controlado­s y dejarían de constituir una constante amenaza de desestabil­ización para la economía mundial. Asimismo, el dinero criminal de la droga y el comercio de armas tendría muchas más dificultad­es para moverse por el mundo.

Se sabe dónde están los paraísos fiscales y cómo funcionan, pero apenas se actúa contra ellos. Es evidente la dificultad técnica existente pero lo más clamoroso e indignante es la falta de voluntad política.

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