La Cursa renueva su idilio con la ciudad
La tradicional prueba de El Corte Inglés vuelve a inundar las calles de corredores en un ambiente lúdico y familiar
El paseo de Gràcia de Barcelona tuvo ayer, durante al menos media hora, el aspecto de una alfombra de colores del estilo trencadís, como le gustaba a Gaudí. Un manto formado por personas ataviadas con todo tipo de ropas y colores llamativos llenaba también la Gran Via y la plaza Catalunya, en este último caso y por sorpresa, no era para acceder a la red wi-fi que ofrece uno de los establecimientos estrella de tecnología moderna que hay en la zona, sino para tomar la salida de la Cursa de El Corte Inglés, que ha renovado su noviazgo con la ciudad.
En esta 38.ª edición, el ganador en la categoría masculina fue Mourad El Bannouri, con el dorsal número 9. Empleó 33 minutos y 51 segundos, casi 6 minutos menos que la ganadora en categoría femenina, Miriam Ortiz. Los 10.766 metros de distancia que recorrieron en poco más de media hora no fueron obstáculo para ellos, pero sí lo fue para otros corredores, la otra cara de una competición que de tal sólo tiene el nombre. Una fiesta, eso es lo que es.
Un total de 64.656 personas pasaron por el arco de salida ayer a las 9.30 horas, y no todas tenían como objetivo destrozar el cronómetro. En la línea de salida se encontraban familias enteras con cochecitos para bebés, paseantes, ciudadanos dispuestos a correr con sus perros, perros dispuestos a arrastrar a sus amos hasta la meta, domingueros e incluso aficionados al fútbol que aprovecharon la ocasión para vestir con los colores de sus amores y conocer Barcelona de otra forma.
El denominador común entre los corredores de oficio y los de domingo fue el código de vestimenta. El running se ha vuelto trending topic en una ciudad tan cosmopolita como Barcelona. Por ello es necesario vestir adecuadamente para las fechas importantes, como pasa en las reuniones de trabajo o en las primeras citas. El chándal es una moda superada y los calentadores de colores son clave. También es el momento de lucir accesorios: reloj-cronómetro-medidor de pulsaciones, estuche para Smartphone, auriculares especiales para correr y sobre todo, unas zapatillas deportivas que marquen tendencia. Correr o no correr ya es otra cosa. Participar en esta carrera sin ánimo de entrar en los anales de la historia del deporte es una tradición para muchos y la excusa para encontrarse que necesitan otros: “No hemos venido a marcar ningún registro,
El lema más usual pudo ser: “No hemos venido a marcar ningún registro, sólo a pasar un buen rato”
sólo a pasar un buen rato juntas”, comentaban unas corredoras antes de salir. La posibilidad de disponer de la ciudad libre de coches es motivo de celebración para los aficionados al deporte: “Poder disfrutar del centro de la ciudad y de una montaña tan especial como Montjuïc, aunque sea dura, es magnífico”, decía Manel nada más cruzar la línea de meta.
Pese al gran ambiente general, también hubo quienes protestaron. Los comerciantes de libros de la tradicional feria del mercado de Sant Antoni centraron también el foco de atención por sus reivindicaciones: “Cursas = Ruina”, se leía en una pancarta a la entrada de la feria. Los domingos, el gran día de comercio en la zona, es precisamente cuando se celebran este tipo de competiciones que bloquean la ciudad y no permiten que el público acceda con normalidad al recinto y con ello, los comerciantes se ven perjudicados. Sea como fuere, en esta ciudad siempre hay un buen plan para el dominguero.