La resurrección de Koke
El canterano ha recuperado su posición en la banda y atraviesa el mejor momento de la temporada
Dos asistencias y un gol al Espanyol dejan a las claras que Koke Resurrección atraviesa por el mejor momento de la temporada, justo cuando el Atlético más lo necesita. El centrocampista vallecano, que a sus 24 años cumple su séptima temporada en el primer equipo y tiene contrato hasta junio del 2019, ha dejado atrás sus dudas originadas por el cambio de posición al que le obligó Diego Simeone al principio de la campaña, cuando le desplazó al centro del campo para aumentar su jerarquía en el juego.
La apuesta no acabó funcionando. Koke se siente más cómodo cuando arranca desde una banda y el Cholo acabó pidiendo en el mercado de invierno a un mediocentro puro, Augusto Fernández, para que fuera el complemento perfecto de Gabi mientras tiene a otros dos jóvenes en la recámara, el argentino Kranevitter y el ghanés Thomas Partey.
Koke no es hombre de grandes estadísticas. Con tres goles y diez asistencias en toda la temporada (la anterior acabó con dos tantos y diez pases de gol) su peso en el equipo está más relacionado con su visión para armar unas transiciones de cuya rapidez depende la capacidad de desequilibrio del Atlético. También destaca mucho en otro apartado. Su gran golpeo en las acciones a balón parado, en las que es el primer lanzador del equipo.
Mucho le ha costado a Koke llegar a disfrutar de su estatus dentro de la plantilla colchonera. Cuando llegó el Cholo Simeone, en enero del 2012, el centrocampista era un jugador sin confianza, el típico canterano que creía verse obligado a emigrar para tener minutos y crecer como futbolista. Aconsejado por su segundo, el Mono Burgos, Simeone convenció a Koke de quedarse. Se dieron un año de plazo para confirmar las expectativas.
Sin embargo, a pesar de la confianza del entrenador, el club no las tenía todas consigo. Según reveló la semana pasada Football Leaks, en enero del 2013 los dirigentes del Atlético llegaron a un acuerdo con un fondo inversor, Quality Football Ireland, para venderle el 30% de los derechos económicos de Koke y saldar parcialmente una deuda que mantenía con este fondo de inversión en relación al fichaje de Salvio, un futbolista que pasó en dos etapas sin pena ni gloria por el Calderón para recalar en el Benfica. Hoy, con el valor de mercado de Koke subiendo como la espuma, habría sido un mal negocio. Desde entonces, Koke ha ampliado su contrato tres veces. Y cada verano al club le llegan ofertas, las principales de la Premier. De hecho, el Barcelona también tiene un acuerdo preferencial con el Atlético por si estuvieran interesados en vender.
No parece probable. El club colchonero llegó esta semana a los 85.000 socios, tiene muy rebajada su deuda con Hacienda y en poco más de un año espera disponer del nuevo estadio de La Peineta. Ahora mismo es un club en clara expansión. Ya no es el club vendedor que se desprendiera de Torres, Falcao, Agüero o el mismo Diego Costa. Ahora vende jugadores que considera amortizados (Arda Turan o Miranda) o que no hayan funcionado (Mandzukic o Jackson Martínez).
Koke siempre ha dicho sentirse hombre de club. Busca ser el referente de la afición cuando se marche Torres. Su próximo reto es triunfar en la selección, donde aún no tiene plaza segura en el once aunque sí en la lista de Del Bosque para la Eurocopa.
El centrocampista lleva tres goles, dos en la última jornada al Espanyol, y diez asistencias de gol
UN FONDO INVERSOR En enero del 2013 el Atlético vendió el 30% de los derechos económicos de Koke a un fondo irlandés