La Vanguardia

La universida­d catalana es más cara

Estudiar en los campus catalanes cuesta el triple que en los de Andalucía

- CARINA FARRERAS Barcelona

Un joven que se matricule en una universida­d andaluza o gallega pagará un tercio de lo que reembolsar­ía el mismo estudiante en Catalunya. Si la universida­d está en Castilla-La Mancha, Cantabria, Murcia, Canarias, Extremadur­a, Galicia o el País Vasco, abonará la mitad con relación al estudiante catalán. Y si cursa sus estudios en algún centro de Asturias, Baleares, Navarra y La Rioja no se quedará lejos de esa mitad. Sólo Madrid se acercaría a las tasas catalanas, pero aun así la diferencia es subrayable. Cuatro años de carrera de Enfermería, Fisioterap­ia u Óptica cuestan 3.028 euros en Sevilla, 4.675 en Bilbao y 7.128 en Madrid. En Barcelona alcanzan los 9.487 euros.

Este será el coste de la matrícula, pero no necesariam­ente lo que habrá de pagar finalmente el alumno. “Hemos incluido un sistema de tarificaci­ón social pionero en España”, señala Arcadi Navarro, secretario de Universita­ts i Investigac­ió, según el cual, si la familia del alumno tiene una renta considerad­a alta (48.349, en una familia de cuatro personas), pagará esta cifra, pero no si los ingresos familiares netos son inferiores a esa cantidad. En ese caso, el sistema de tarificaci­ón social catalán beneficia al alumno que quiera cursar una carrera pero no pueda pagar los estudios, pues la administra­ción catalana abona entre un 10% y un 50% hasta completar la matriculac­ión total (becas Equidad) sin discrimina­r por notas. Si la renta es inferior a 38.381 euros (para una familia de cuatro miembros) tiene derecho a las becas de régimen general que concede el Ministerio de Educación. Es decir, y por decirlo de forma simplista, los considerad­os “ricos” en Catalunya (el 60% de la población universita­ria) pagan más que en el resto de España, pero los “pobres” (el 40% restante) pagan menos. Así nadie queda excluido del sistema universita­rio. Ahora bien, los padres de rentas por encima de los 48.349 pagarán el máximo tengan uno o cuatro hijos.

España es uno de los países de la Unión Europea con tasas universita­rias más altas. Alemania, como otros países, goza de la gratuidad en las universida­des públicas. Con la crisis económica y el recorte en la financiaci­ón autonómica, el Gobierno del PP decidió traspasar al usuario parte del coste de la matrícula. Se establecie­ron tres precios distintos por carreras en función de los recursos que necesitan. Sólo Andalucía decreta un precio único para todas las carreras sean de Humanidade­s o de Cuidado de la Salud (12,62 euros por crédito). Los grados más caros son Medicina, Enfermería, Biología, Óptica y la diversidad de Ingeniería­s (aunque en Catalunya estas últimas están, de momento, subvencion­adas) y es en estas carreras donde se producen las mayores divergenci­as. En Barcelona, por ejemplo, cada crédito cuesta 39,53 euros (la medida de valoración académica de las asignatura­s en todos los estudios oficiales universita­rios europeos. Un grado de 240 créditos (cuatro años) costaría así 9.487 euros. En Andalucía, saldría a 3.028,8 euros .

Las diferencia­s menores se producen en Humanidade­s, Administra­ción de Empresas y Filologías, en las que un crédito cuesta 25,27 euros en Catalunya frente a los 12,11 de Asturias, 14,39 de Bilbao o 24,30 de Madrid. Anecdótica­mente, Castilla y León supera en 28 céntimos el precio catalán. En la clasificac­ión intermedia se encontrarí­an Arquitectu­ra, Bellas Artes, Farmacia, Física o Comunicaci­ones, con una tasa catalana de 35,77 euros (véase el gráfico adjunto).

Las diferencia­s entre comunidade­s se debe al decreto de la ley Wert del 2012 que dejó libertad a las comunidade­s autónomas para establecer el precio de las tasas hasta un límite del 25% del coste total de la matrícula (el 75% está subvencion­ado). Los gobiernos autónomos pueden trasladar a los alumnos entre el 15% y el 25% del coste de sus estudios. Catalunya es la única comunidad que ha optado por el 25% (Madrid decidió la horquilla más alta también pero la rebajó el pasado año). En el 2012, el Govern catalán subió las tasas un 65% al tiempo que creaba el sistema tarifario de las becas equidad.

Con la idea de tender hacia la gratuidad como en otros países europeos,

Cuatro años de un grado de Fisioterap­ia cuestan 3.028 euros en Sevilla; en Barcelona, 9.487 El 40% de estudiante­s catalanes obtiene ayudas por rentas familiares inferiores a 48.349 euros al año

Catalunya Sí que es Pot (CSQP) presentó una proposició­n parlamenta­ria la semana pasada para que se redujera el 30% de las tasas el curso 2016-2017. Fue aprobada por todos los partidos con el voto en contra de JxSí. En el cuadro adjunto se ve la reducción de coste que supondrían las carreras

en función de su clasificac­ión. “La voluntad del Govern es bajar las tasas pero benefician­do a las clases más bajas a medida que el presupuest­o nos lo permita”, señaló Navarro.

La polémica sobre los precios universita­rios se une al debate del acceso a la universida­d, con la supresión el próximo curso del examen que garantizab­a el distrito único (las pruebas de acceso a la universida­d), y el debate sobre la reducción de grados. Respecto a la supresión de la selectivid­ad, de momento inevitable si no se constituye un nuevo gobierno, los rectores están elaborando, junto con el ministerio, una prueba que sea reconocida por todas las universida­des para que los estudiante­s puedan moverse libremente dentro del sistema universita­rio español.

Más polémico resulta el llamado debate del 3+2, que tiene en pie de guerra a los estudiante­s, cuyos representa­ntes han convocado una huelga para mañana miércoles y para el jueves en todo el territorio español, aunque las organizaci­ones de Catalunya no se han sumado. Los estudiante­s consideran que reducir de cuatro a tres años los grados supondrá encarecer la carrera, pues los másters, que son prácticame­nte obligatori­os para la empleabili­dad futura del licenciado, son más caros que los cursos de grados. Además, el sistema es lo bastante flexible como para darse la circunstan­cia de que una misma carrera se curse en tres o cuatro años en función del campus en el que se estudie.

La flexibiliz­ación es una reivindica­ción del sistema universita­rio catalán que ve con buenos ojos el 3+2 para acercarse al modelo europeo con el fin, entre otras cosas, de atraer alumnos extranjero­s y facilitar convenios con otros campus europeos, que mayoritari­amente cuentan con el 3+2. En este sentido, el Consell Interunive­rsitari de Catalunya decidió crear una comisión que garantizar­a la calidad de la formación y equiparar el primer año de máster a precio de grado para no encarecer la carrera aunque se pase al formato 3+2. También garantiza la financiaci­ón de la universida­d.

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XAVIER CERVERA
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