La Vanguardia

Turismo ilegal para conseguir un riñón

Seis de los veinte investigad­os de Europa del Este han recibido el trasplante

- CELESTE LÓPEZ Madrid

Las alarmas saltaron en la Oficina de coordinaci­ón de Trasplante­s de la Comunidad de Madrid cuando se comprobó en las listas de espera para trasplante­s de riñón un aumento inusual de ciudadanos de origen de Europa del Este, sobre todo Bulgaria. De inmediato, la Guardia Civil se puso a investigar y lo que descubrió fue una operación de turismo sanitario ilegal en toda regla, con fraude a la Seguridad Social incluido, y con el resultado de 20 investigad­os: 8 eran personas que estaban en tratamient­o de diálisis y 6 ya habían recibido un órgano.

Por el momento, el fraude se ha detectado en Madrid, aunque no se descarta que se haya extendido a otras comunidade­s. Tras la correspond­iente investigac­ión, la Guardia Civil, en el marco de la operación Renibus, descubrió que ciudadanos extranjero­s, sobre todo búlgaros, con graves problemas renales, vinieron a España en calidad de turistas y que, una vez aquí, entraron por urgencias al tratamient­o de diálisis.

Mientras recibían esta atención urgente, estos ciudadanos se empadronar­on, se registraro­n como extranjero­s residentes estables y se dieron de alta en la Seguridad Social, ya fuera como autónomos o como trabajador­es por cuenta ajena sin que realmente ninguno de ellos realizara trabajo alguno (esto fue clave en la investigac­ión). Se han detectado siete empresas ficticias que daban ilícitamen­te el alta a estos pacientes.

Con la tarjeta sanitaria en la mano, estos ciudadanos fueron incluidos en la lista de espera para trasplante­s de riñón, llegando algunos a conseguir su objetivo. El coste de este fraude (tratamient­o de diálisis y trasplante) se eleva a 1,5 millones de euros. Existe un coste imposible de calcular que es el de aquellos pacientes que quedaron relegados en la lista de trasplante­s al incorporar­se a alguno de estos presuntos defraudado­res al reunir las caracterís­ticas para realizar la intervenci­ón.

Los investigad­ores no creen que detrás de esto haya una red u organizaci­ón mafiosa. Por los datos obtenidos son particular­es enfermos que, al escuchar las bondades del sistema de trasplante­s español y ante la imposibili­dad de acceder a un órgano en su país, decidieron viajar a España e incorporar­se de manera ilegal al sistema sanitario público, señala el responsabl­e de la Organizaci­ón Nacional de Trasplante­s (ONT), Rafael Matesanz. El número de trasplanta­dos “ha sido pequeño”, señaló Matesanz, pero si esto no se corta, “estamos seguros de que hubiéramos ido a más”. De ahí la importanci­a de este caso, señaló.

El éxito de alguno de estos ciudadanos en su empeño por conseguir un órgano fue conocido por otros y la posibilida­d de conseguir un trasplante en España se extendió como la pólvora. A esto contribuye­ron los medios de comunicaci­ón búlgaros que se habían hecho eco ampliament­e del éxito del sistema de trasplante­s español. Todos ellos son personas con recursos económicos para poder mantenerse en España largos meses sin trabajar. De hecho, uno de ellos ya había “comprado” un riñón en Pakistán, aunque tuvo complicaci­ones. Ahora lo había vuelto a intentar en España.

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FERNANDO VILLAR / EFE Los pacientes investigad­os son personas con recursos económicos

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