Italiano, italianísimo
GIANMARIA TESTA (1958-2016) Cantautor
Hace apenas un año concedió una entrevista al diario La Repubblica para acallar rumores acerca de su repentino silencio. En ella anunciaba que se había visto obligado a retirarse: los médicos le habían diagnosticado un cáncer. Entre las sesiones de quimioterapia y los cuidados de su mujer y mánager, Paola Farinetti, con la que tenía dos hijos, decía haber descubierto que no le temía a la muerte. Había resignación y esperanza en sus palabras: la resignación del hombre tranquilo y la esperanza del que echa de menos la música y el escenario.
Finalmente, el pasado 30 de marzo moría en su casa de Alba, en su querido Piamonte. Las honras fúnebres fueron celebradas por el sacerdote Luigi Ciotti, una de las figuras más destacadas en la lucha contra la mafia en Italia. Entre los asistentes no faltaron amigos como el escritor Erri di Luca.
La carrera musical de este ferroviario (dejó su trabajo como jefe de estación en el 2007) comenzó de manera oficial cuando, a comienzos de la década de 1990, obtuvo el primer premio del Festival de Recanati en dos ediciones consecutivas. Al reconocimiento logrado hay que añadirle otro suceso no menos importante: en aquel entonces conoce a Nicole Courtois Higelin, productora de sus primeros cinco álbumes.
Su primer disco, Montgolfières,
un debut que contiene ya algunas de sus canciones señeras (Le traiettorie delle mongolfiere y Come le onde al mare las retomará para su último disco, Men at Work, grabado en directo en el 2013), ve la luz en un sello francés en 1995. Curiosamente, este hombre nacido en en el 58 en Cavallermaggiore, un pequeño pueblo del Cuneo piamontés, que se definía como “italiano, italianísimo” logra un éxito casi inmediato en Francia.
De hecho, con la salida al año siguiente de Extra-muros, su segundo álbum, ofrece un recital en el mítico Olympia de París que lo consagra definitivamente. Basta hojear la prensa francesa estos días para hacerse una idea de su popularidad en el país vecino; en Italia, sin embargo, no llegó al gran público hasta la publicación de Il valzer di un giorno (2000). A ello contribuye la gira que lleva a cabo por teatros de ciudades como Roma o Florencia y la puesta a la venta del disco en quioscos; la primera tirada de 20.000 ejemplares se agotó de inmediato.
En París mantendrá su estatus; tanto que este nuevo trabajo (publicado por Le Chant du Monde-Harmonia Mundi con el título traducido al francés: La Valse d’un jour ) lo presenta junto a su fiel Pier Mario Giovannone en el Café de la Danse, otro escenario emblemático –a dos pasos de la Ópera de la Bastilla– en el que los nuevos chansonniers como Dominique A acuden para hacer lo propio.
Su afición a la lectura y la escritura –siempre teñida de un deje poético– le procuró la amistad de literatos como Jean-Claude Izzo o el ya mencionado Erri di Luca. Con este último puso en marcha un espectáculo titulado Chisciotte e gli invincibili (2005); con él recorrieron media Italia. Más recientemente colaboró con el dramaturgo Giorgio Gallione en Progetto Saramago ,en torno al premio Nobel portugués. Y de su colaboración con Giuseppe Battiston en la puesta en escena de 1800 giorni. Il pitone, de Andrea Bajani, surgió buena parte de las canciones de Vitamia (2011), el álbum que ponía fin a cinco largos años de silencio.
Visitó Catalunya con cierta regularidad. En el 2009 presentó, dentro del marco del Mercat de Música Viva de Vic, las canciones del que era su último disco de estudio, Da questa parte del mare (2006), una reflexión en torno a la emigración.
Muy popular en Francia, tuvo que esperar al año 2000 para triunfar también en su propio país