La generación de los ochenta
Los escritores en catalán menores de 35 irrumpen en esta Diada del libro
En las conversaciones entre escritores, cuando ya se han cansado de despedazar a sus colegas ausentes, siempre hay alguien que suelta una frase similar a “todo es mediocre”. A quien proteste se le retará, con deje irónico, “a ver, dime tres escritores de hoy que valgan la pena”. Cuando se les nombra, lo normal es que al principio se les acepte con entusiasmo, luego tímidamente y se les acabe perdonando la vida, si no es abucheado. Castellanos y catalanes coinciden al menos en una cosa: en hablar mal de sus literaturas, ser pesimista da prestigio. Y sin embargo un vistazo sólo a las novedades en catalán de San Jordi ofrece un menú apetitoso y brillante. En esta información, damos prioridad a los libros de los que aún no se había hablado. Màrius Serra, Imma Monsó, Joan Todó, Sergi Pàmies o Marina Espasa han tenido espacios destacados. También los premios del Grupo Planeta, que suelen salir siempre bien parados durante el día de Sant Jordi: Pep Puig, Lluís Foix o Víctor Amela, quien con La filla del capità, una novela sobre las aventuras de un guerrillero carlista en el Maestrazgo, se perfila ya como uno de los que ocuparán la lista de más vendidos el 23 de abril.
Lo más jóvenes. Para empezar, los más jóvenes. Alicia Kopf (Girona, 1982) presenta Germà de gel (L’Altra editorial), libro con el que ganó el premio Documenta a autores menores de 35 años, donde confronta un diario personal con los apuntes documentales de exploradores de los polos, la historia épica y masculina de la exploración del polo Norte y del polo Sur con la historia de las relaciones familiares de una adolescente del siglo XXI. Su padre ausente, su madre invasiva, su hermano autista, con una última sección donde narra un viaje real a Islandia.
Hipsters, surfers, Banksy. La literatura catalana es sinónimo de premios. Y el de Llibres Anagrama, con el buen ojo de Isabel Obiols detrás, ha debutado premiando a Albert Forns, que ya tuvo un buen Sant Jordi con Albert Serra (la novel·la, no el cineasta). Su nueva obra tiene nombre de un plato de la cocina cajún, Jambalaia, donde el narrador se enfrenta al dilema de todo escritor para escapar de la maldición de escribir una segunda novela, cuando la primera ha tenido éxito. Forns recibió una beca para escribir en la residencia de escritores de Ledig House, cerca de Nueva York, y en la novela traslada esta experiencia a una granja de escritores donde conoce al nonagenario Edward Albee, el autor de The zoo story y ¿Quién teme a Virginia Woolf? Hay una historia de la masturbación, hipsters, surfers, Max Frisch y un retrato gonzo de la sociedad norteamericana. A Anna Ballbona, la finalista del premio Anagrama, se la ve a menudo con Albert Forns, Miquel Adam y Jordi Nopca. Los cuatro comparten muchos elementos narrativos, sobre todo la irreverencia, el humor y un toque absurdo. Ella ha escrito Joyce i les gallines. Empieza con una chica, Dora, leyendo en un tren L’ofici de viure de Pavese, precisamente la primera y solitaria obra en catalán que publicó Herralde. En otro viaje tiene una visión gallinácea de Dublín y en otro pasaje intenta imitar a Bansky en las paredes de Cas Besllum.
Catalunya sometida a Andorra. En otro terreno, absolutamente gamberro –nada que ver con la literatura– está el libro de Males Herbes, escrito por el ficticio Valero Sanmartí, que se publicita con fotos del televisivo Magnum. Después de Jo il·lumino la catalana terra, lanza Los del sud us matarem a tots, ambientada en el 2032, con una Catalunya sometida a los andorranos, una Girona en ruinas y envejecida, una Barcelona convertida en parque de atracciones para turistas y un sur habitado por extraños personajes. Males Herbes publica también El parèntesi esquerra, de Muriel Villanueva, el viaje de una mujer que acaba de perder a su pareja y desea abrir un paréntesis en su vida. El hallazgo de una estrella de mar le llevará por senderos inespe- rados en una novela alegórica.
Fuera de Barcelona. Los autores que viven fuera de Barcelona tienen pocas oportunidades de ser reconocidos. En Valencia ahora se premia a Baixauli, aunque se ignora a Josep Palàcios. En Francia, a Joan LluísLluís le cuesta llegar al público barcelonés. En Mallorca, Sebastià Perelló (Costitx, 1963) ha sido una de las sorpresas literarias, con su poética Veus al ras, que publica Club Editor, una narración entre Beckett y el primer Tabucchi de las voces fantasmales, sobre la pasión entre un hombre y una mujer, o, mejor, en la poderosa atracción de las palabras. Y en cambio, como contrapeso a lo dicho, otra mallorquina también, pero en el otro extremo estético, Maria Escalas, ya lleva cinco ediciones en Amsterdam con Abans que el teu record torni cendra.
La luz en la violencia. Bel Olid ha escrito Vents més salvatges (Empúries), una colección de relatos en los que la autora visualiza distintas clases de violencia cotidiana y en
ellas, momentos alegres, donde se impone la vida, buscar la música. Hay descubrimiento del deseo, solidaridad con algún otro, crítica a la maternidad perfecta (hay madres que no quieren a sus hijos o que están superadas por la maternidad). En uno de los relatos, Baba Luba, sucede un momento mágico, durante las protestas callejeras en Lituania, una anciana transporta un espejo y enseña a los policías armados hasta los dientes y con mirada de acero, su imagen inhumana: “En esto te has convertido, hijo”, le dice, y la multitud irrumpe en aplausos y a partir de aquel día los manifestantes empezaron a llevar espejos como si se tratara de un cuento de Monterroso. Son dieciséis relatos en los que trata la libertad indivi- dual, los abusos de poder, los ca mbios colectivos. Hay otro cuento que transcurre en tres ciudades distintas, Santa Rosa, Sabadell y Nueva York, y en las tres suceden los mismos conflictos.
Otra vida es posible. Flàvia Company presenta en la nueva editorial Càtedra, que dirige Iolanda Batallé, la novela Haru. La autora, que da clases de escritura en el Ateneu, dice que ha escrito el libro de su vida.
Haru es un “camino de aprendizaje, una historia que aspira a que tras su lectura la vida puede leerse de otra manera”. La novela narra el día a día de una joven oriental que realiza un viaje interior y exterior hacia el crecimiento y el desarrollo. Ingresa en una escuela en la que al principio se opone al tiro con arco, la meditación y la escritura, hasta que va descubriéndose a sí misma para superar sus miedos y afianzar sus creencias. Una novela que aspira a ser un superventas. Josep Maria Espinàs publica un libro que se lee en un santiamén, La vella capitana (La Campana). “El respeto me parece compatible con algunos apuntes satíricos. He evitado tanto como he podido el tono trascendente y solemne, y me he aproximado a la muerte como un hecho natural, cotidiano, repetido”. Sílvia Alcàntara publica Els dies sense glòria (Edicions de 1984).
Recuperaciones. El Club Editor rescata el texto inédito de Judes i la primavera, de Blai Bonet. La historia es curiosa. Bonet envió el manuscrito a censura, y el censor, al creerse que hablaba de Eivissa (que fue roja), y no de Mallorca (que fue franquista), pasó por alto las muertes y dio su plácet, y eso que habla de “el estado de agusanamiento en que se encuentra el cristianismo en el pueblo, un cristianismo morisco, judaico, vetado de lujuria y de ansia de poder”. Quien hizo purgar el texto fue la señora Cruzet. Ahora Maria Bohigas devuelve el texto a su crudeza original. Espaci Contrabandos recupera un texto de Manel de Pedrolo, Acte de violència. ¿Qué pasaría si como forma de protesta todo el mundo se quedara en su casa?
Apogeo Ponç Puigdevall. Ponç Puigdevall ha escrito dos libros notables. La editorial El Llop Ferotge (que tambiénn publica La familia
Joad a Disneylàndia, de Albert Soler Bufí, con prólogo de Adrià Pujol Cruells), recoge los artículos que Puigdevall publicaba sobre autores olvidados en El convidat de pedra , la sección que tenía en El punt: Sinibald de Mas, Celestí Barallat, Pere Aldavert, Pompeu Gener, Jeroni Zanné, Plàcid Vidal, Llorenç Riber, Mario Verdaguer... En Tusquets publica la novela D’incògnit. “Enric Sòria la comenta: “Es un maravilloso ejercicio de épica del absurdo y un triunfo de la comedia grotesca, llevada al extremo. Por supuesto, el lector común la encontrará insoportable”.
47 libros de poesía inéditos. Edicions de 1984 publica una de sus hazañas, un volumen de mil páginas que contiene 47 libros inéditos, la poesía completa de Lluís Solà (Vic, 1940). Todo de golpe.
Muriel Villanueva publica una alegoría sobre el paso a la madurez
Rescatado el manuscrito inédito de ‘Judes i la primavera’, de Blai Bonet
Ponç Puigdevall reúne sus textos sobre escritores raros u olvidados
Lluís Solà publica de golpe 47 libros de poesía inéditos en un volumen de mil páginas