Las monjas sanjuanistas quieren recuperar las pinturas de Sijena
La madre federal de la orden de monjas sanjuanistas, María Virginia Calatayud, expresó ayer ante la juez de Huesca que tramita la causa por las pinturas murales de Sijena el interés de su congregación por recuperar estas obras y trasladarlas a su ubicación original en el monasterio. Esta declaración contradice la voluntad expresada en el pasado por la priora del convento de Valldoreix –convento al que habían sido trasladadas las últimas monjas de Sijena– que cedió estas pinturas en depósito al MNAC, aunque ya las tenía desde finales de la guerra civil, tras ser rescatadas por Josep Gudiol en 1936. Virginia Calatayud reside en un convento de Álava, el último que queda en España de las sanjuanistas, ya que en Sijena hay una comunidad de monjas de otra orden.
La declaración de la religiosa, que se realizó por videoconferencia desde Vitoria, era una de las dos pruebas que quedaban pendientes tras la vista celebrada el pasado enero en el Juzgado de Primera Instancia 2 de Huesca para dirimir el litigio entre Aragón y Catalunya por las pinturas. La comparecencia de la madre federal , así como la del experto en derecho canónico Josep Casanova habían sido solicitadas por los abogados de la Generalitat y del MNAC.
“Queremos recuperar las pinturas, somos las propietarias”, fue la respuesta dada por María Virginia Calatayud al letrado del MNAC al preguntarle éste por el “interés” de la congregación sanjuanista en el litigio. La monja confirmó que delegó en el Gobierno aragonés como suprema representante de todos los monasterios sanjuanistas del país, un poder que le habría confirmado recientemente el Vaticano al designar a la hermana comisaria pontificia de la orden. El motivo de esa delegación es que la congregación carece de medios económicos. En respuesta a una pregunta del mismo letrado sobre los planes de la comunidad para conservar las pinturas, la monja se ha limitado a afirmar que por el momento “no hemos pensado sobre la conservación; de momento vamos a recuperarlas, y luego ya pensaremos en un plan”.
El otro testigo no pudo comparecer por enfermedad por lo que el letrado de la Generalitat pidió un aplazamiento, que la juez desestimó. Las dos partes deberán presentar ahora sus conclusiones definitivas en el plazo de una semana, momento en el que el litigio quedará visto para sentencia.